OPINIóN
Historia social

No podemos fallar

En la Estructura de las revoluciones científicas, Thomas Kuhn plantea que muchas anomalías hacen que un paradigma social entre en crisis. En ese conflicto entre lo nuevo y lo viejo, mejorar la calidad de vida, la justicia social y los derechos humanos son innegociables.

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Contrastes. La combinación de inflación y bajo crecimiento se tradujo en altos y persistentes niveles de pobreza. En el primer semestre de 2023, Argentina presenta niveles más altos de pobreza que en el segundo semestre de 2001 y en cuarenta años, la pobreza nunca estuvo por debajo de 16%, con un promedio de 33%. | cedoc

La famosa teoría de los paradigmas, de Thomas Kuhn, tiene su vigencia en Argentina. No será tan común como bailar la pachanga (danza que tampoco resulta simple de aprender ya que la coordinación entre piernas, brazos y cierta cara que hay que poner, para mostrase canchero, dificulta un buen ensamble) pero tampoco es tan difícil de comprender, si lo aplicamos a nuestra sociedad, a la política y a la actualidad.

El paradigma es algún valor o tema compartido por una comunidad (científica, política, nacional) y cuando ese paradigma se topa con anomalías inexplicables para el razonamiento compartido y aceptado, es decir cuando bastantes anomalías (rarezas, originalidades, extravagancias) se juntan en contra de un paradigma vigente, esa normalidad entra en crisis. 

Ante esto, las comunidades científicas o las sociedades acuden a nuevas ideas hasta que se forma un nuevo paradigma, un nuevo razonamiento con nuevos y bastantes seguidores y se da un combate (intelectual y en este caso político) entre quienes adhieren al nuevo paradigma y los que resisten aferrados al viejo.

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En este caso, proponemos enmarcar todo en la actualidad argentina y decir que en lugar de esta beligerancia entre lo nuevo y lo viejo, el conflicto hay que ubicarlo “entre la nuevo y lo más nuevo”, o sea definir las prontas anomalías para el actual paradigma y superarlo desde la construcción de uno nuevo, novísimo.  ¿Vieron es casi más fácil que bailar la pachanga?

Kuhn habla del ciclo “Paradigma, anomalía, revolución”, si quitamos dramatismo a estas palabras podemos traducir como que, ante un estado de cosas, aceptado y tolerado al cual le aparecen discordancias de variado calibre, algunas ciertas y otras ridículas, esta situación cambia, se transforma y se instala un nuevo estado de cosas, para algunos mejor y para otros peor que el anterior. 

Los que creemos que no es preferible a lo que había, debemos en primera instancia reconocer las causas que hicieron naufragar el paradigma reinante y en segundo término ofrecer como mejor razonamiento la superación de lo que imperó durante bastante tiempo, pero también de este nuevo modelo paradigmático más conformado por incongruencias y anormalidades que por ideas racionales.

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Tarea fatigosa, ponernos por arriba del paradigma recientemente “chocado” y también del recientemente instalado. “Difícil - pensó Juan Moreira mientras trepaba la pared-, pero bueno, como dijo alguien “somos peronistas…” 

Ese es el desafío, aprender a bailar la pachanga, desprendernos de antiguallas consignísticas e improductivas y mostrar a la sociedad que tenemos capacidades para forjar un nuevo paradigma que desde lo moderno se sustente en propósitos siempre dominantes como es mejorar la calidad de vida, compensar con justicia social las disparidades, distribuir con criterio y equilibrio la renta nacional, valorar los derechos humanos y creer que, con todos sus bemoles, es mucho mejor vivir en democracia que bajo otros sistemas.

Y, un dato central en todo esto. No podemos fallar, pues quienes modelaron las formas actuales que en lo simbólico y en lo formal dominan hoy el espacio institucional y vencen en la agenda pública con sus temas, están llevando al 80 % de la población argentina a zozobrantes y angustiosos futuros.

No podemos fallar. Entre el humor de la pachanga y la “intelectualidad” del Paradigma de Kuhn, encontremos el rumbo de la política. Con autocríticas que nos permitan ser creíbles cuando criticamos.

No podemos fallar.

Diputado Nacional mc – PJ/Río Negro