Sin dudas esta elección presidencial se definirá con el voto de los indecisos, desencantados y en la pesca de electores de espacios minoritarios de parte de las dos fuerzas con mayor nivel de adhesión: El Frente de Todos y Juntos por el Cambio.
Al no mostrar ninguna corriente una mayoría suficiente o una diferencia necesaria para obtener una victoria en primera vuelta los equipos de campaña se deberán plantear un desafío que hace tiempo deberían tener planificado: ¿Cómo salir del nicho de los propios y persuadir a quienes votarán pensando en poco?
¿Qué es poco? Poco es una propuesta puntual que los beneficie, es el mal menor, es un sentimiento y es un cambio dentro de lo mismo.
¿Qué herramienta será vital en esta elección? La segmentación y la comunicación directa. Cómo llegar sin intermediarios con el mensaje justo que ese votante estaba buscando.
El macrismo ajusta el mensaje de campaña para adaptarse a la polarización total
En esta tarea volverá a jugar un papel determinante escuchar antes de hacer y elaborar un mensaje particular para grupos y casos en pos de ese estudio cuantitativo y cualitativo de los públicos. Aplicar modelos predictivos que releven estadísticamente un volumen de demandas ciudadanas y respondan lo más personalizadamente posible a ellas. Contar con un monitoreo en tiempo real de las redes sociales y con los recursos humanos y tecnológicos necesarios.
Esta campaña se definirá en quienes mejor hayan analizado previamente los segmentos a los cuales necesita llegar el espacio político para construir audiencias que se interesen y puedan votarlos, en la medición minuto a minuto de las tendencias y en abandonar la intuición para darle paso a los datos duros que alinearán el mensaje. Básicamente, en la atención lo más personalizada posible o en el sentimiento de que ese es el trato que se brinda.
Por último no se debe descartar un elemento que puede afianzar o tirar abajo un mensaje: El emisor.
El Gobierno modificó el espacio que los partidos tienen para publicitar sus spots en radio y TV
En esta carrera electoral escoger bien al portador de la comunicación para cada segmento será un plus con el que cada partido deberá trabajar. Ya no es necesario que todo contacto se haga directamente entre el candidato principal y el elector y los niveles de conocimiento e instalación son altos. Suma más una joven integrante de una lista legislativa interpelando a su rango etario, una mujer contando como se avanzará en la obtención de nuevos derechos de género en una elección acaparada por figuras masculinas, la experiencia de alguien con recorrido político y calidez para hablarle a los jubilados y así con varios ejemplos aplicables. Sin dudas estos pronunciarán ideas colectivas de una fuerza con mayor precisión y credibilidad.
Hoy, la política debe asumir una nueva responsabilidad, los votantes requieren atención personalizada y ya existen las herramientas para lograrlo.
