OPINIóN
Nuevas medidas

Actividad económica: queremos ficción, tendremos ficción

Vamos a ir a un esquema basado en la demanda interna donde el financiamiento del gasto posiblemente sea la monetización del mismo.

Dólares
Más impuestos, inflacionario y retenciones, para tratar de cerrar los números fiscales. Esa economía puede presentar una recuperación, los salarios reales pueden empezar a crecer como consecuencia del aumento de la actividad y el empleo. | PASJA1000 / PIXABAY.

La economía argentina no crece hace unos 10 años, por el contrario, el PBI por habitante cayó un 2% en ese período. La política económica de Cambiemos ha fracasado, luego la del FMI también lo ha hecho y ahora estamos frente a la oportunidad de tener un nuevo modelo económico para el país.

La economía que se va a encontrar el próximo gobierno es una sábana angosta y estrecha, a la que no le sobra nada. Por el contrario, hay que ‘prender’ la economía pero desde un nivel alto de inflación y un nivel alto de deuda pública que obliga a tener disciplina fiscal.

El lado virtuoso para que la economía crezca sería un incremento del volumen exportado, en ese caso, los mayores ingresos por la cuenta corriente darían alivio a la restricción externa, la acumulación de divisas permitiría pagar la deuda externa pública y privada e incluso podríamos pensar en un BCRA que acumule reservas.

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Lamentablemente no vemos que sea el escenario más probable, no hay indicios de que vaya a haber un boom exportador, el tipo de cambio real multilateral a finales de este año serán similares a los niveles del 2011 pero con una presión tributaria encima superior. Por otro lado, las retenciones a las exportaciones de las cuales dependen las cuentas públicas no generan un incentivo a invertir en este sector.

La reestructuración o canje de la deuda llevará su tiempo y otorgará un poco de aire en términos de financiamiento externo, pero será el necesario para cubrir los vencimientos del capital y los intereses. No creemos que se pueda sostener otro 2017, un año de crecimiento financiado con deuda.

Por lo tanto, vamos a ir a un esquema de economía basado en la demanda interna donde el financiamiento del gasto posiblemente sea la monetización del gasto. Es difícil pensar que Alberto Fernández se dará vuelta y se convertirá en un ‘ajustador’ de la economía, su espalda política no soporta el peso de esa carga.

Más impuestos, inflacionario y retenciones, para tratar de cerrar los números fiscales. Esa economía puede presentar una recuperación, los salarios reales pueden empezar a crecer como consecuencia del aumento de la actividad y el empleo. La restricción externa puede ser birlada a través de la profundización del control de cambios.

No obstante, esto pondría sonrisas sobre el nuevo gobierno, independientemente de quien sea. Esas sonrisas hay que tener en cuenta que estarán basadas nuevamente en una ficción. Ese modelo no puede durar mucho tiempo. Las consecuencias inflacionarias serían difíciles de soportar una vez que la actividad repunte.

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Todos parece que somos conscientes de ello, pero hay disposición de la sociedad de ir a este esquema de ‘poner plata en el bolsillo de la gente’. Posiblemente Alberto Fernández represente mejor esta idea y sea quien gobierne los próximos años.

Es interesante notar que a pesar de la inflación en niveles altísimos, es el desempleo y la actividad lo que hoy más preocupa al votante. Es por ello de que por más que todos sepamos que el crecimiento que viene sea ficticio, lo más probable es que terminemos en ese norte.

A fin de cuentas, quien comande este país por los próximos 4 años podrá escudarse en la ya famosa frase: querían ficción, les di ficción.