Hablar de vivienda es hablar de historias de vida. Es el espacio de encuentro que nos espera al regresar de trabajar o de estudiar, es el refugio donde se recobran energías y el lugar donde una familia crece y evoluciona. Por eso, al analizarla situación habitacional de la Ciudad, debemos tener una mirada integral pensando en una vivienda sí, pero también en un ámbito para que cada vecino se desarrolle de manera saludable.
Desde esta visión, el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) lleva adelante la misión fundamental de trabajar sobre uno de los principales problemas estructurales y crónicos de la Ciudad de Buenos Aires: el déficit habitacional; que afecta a casi el 12% de los porteños y que, además, genera consecuencias de precariedad aún mayores.
El desafío parece grande pero desde el IVC la estrategia es clara: Motorizar el proceso de integración socioeconómica y urbana, focalizando los esfuerzos en dos frentes principales: 1) los vecinos de los barrios populares, los ciudadanos más postergados de nuestra Ciudad, para lograr brindarles soluciones que les permitan integrarse a la Ciudad de manera igualitaria en derechos y obligaciones; 2) los sectores medios generando condiciones que les permita pensar en la vivienda propia, un gran proyecto para la mayoría de los inquilinos en Buenos Aires.
La tenencia precaria de vivienda, el paso previo a la situación de calle
Esta estrategia se materializa en proyectos y acciones que se llevaron adelante y que luego de casi cuatro años de trabajo se ven en resultados concretos.
Según la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad, desde el 2015 a la fecha, se ha reducido significativamente la tenencia precaria de vivienda pasando de 14,2% a 12%, hecho comprobable en el hecho de que cientos de vecinos han regularizado su situación frente a la vivienda que habitan. En el caso puntual de los barrios populares, la tenencia precaria ha disminuido 10 puntos porcentuales (de 72% a 62%).
Además, ha bajado el nivel de hacinamiento y si bien todavía tenemos un 9% de vecinos en estas condiciones, al finalizar el 2019 los proyectos de integración socio-urbana habrán impactado directamente en las vidas de 70.000 personas en nuestra ciudad.
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Queda camino por recorrer, pero esta es la primera gestión de la Ciudad que además de reconocer sus derechos desarrolla simultáneamente el potencial de los vecinos de los barrios populares con una inversión que es un récord histórico bajo cualquier parámetro o medición que se tome. Un Estado que además se pone hoy del lado de los más “débiles”, los inquilinos, regulando los aspectos necesarios del mercado para lograr que miles de familias de ingresos medios puedan alquilar de manera más justa y así lograr el sueño de la casa propia. Tenemos la convicción de que ese es el camino correcto.
*Presidente Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC).
