OPINIóN
Columna de la Universidad Austral

Día de los Abuelos: Un puente entre pasado y futuro

La participación en actividades relacionadas con el tiempo libre parece ser la clave para generar espacios que potencien vínculos de abuelazgo saludables.

Abuelos
La relación con los abuelos es por lo general una referencia memorable en la vida. | Imagen de Aline Dassel en Pixabay.

La edad es un dato biológico incuestionable, pero es también un dato social. Es un indicador contextualizar en tiempo y espacio que adquiere valor solo en relación con otras variables: es claro que cumplir 60 no es lo mismo hoy que hace cien años. Más lejos aún, en la antigüedad, los ancianos eran respetados por ser poseedores de un conocimiento basado en su experiencia de vida. En la actualidad y en consonancia con el espíritu de la época, son marginados de ciertos círculos que encuentran en la juventud y la novedad las únicas credenciales válidas.

Fue en el pasado siglo XX que dividimos la trayectoria vital en etapas definidas: niñez, juventud, adultez y vejez, y comenzamos a pensar los vínculos entre las personas en términos de relaciones intergeneracionales. Así, mirando el devenir histórico desde el diálogo de las generaciones precedentes con las posteriores, nos permitimos señalar puntos de tensión entre la transmisión y la innovación, el modelado y la diferenciación, las continuidades y las rupturas.

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En el escenario contemporáneo, los abuelos conforman un colectivo heterogéneo, difícil de englobar y describir. Y se enfrentan a la paradoja de tener que reinventarse, a causa del creciente desajuste entre la edad biológica y la social que se verifica en nuestras comunidades. Estos abuelos actuales son demasiado jóvenes para ser viejos, pues sus capacidades físicas y cognitivas se mantienen lozanas, y demasiado viejos para ser jóvenes, integrando esa porción cada vez más significativa de población que se ha retirado de la actividad económica en la plenitud de sus facultades, lo que constituye hoy por hoy un marcador de exclusión.

En el ámbito familiar, la mayor expectativa de vida posibilita que abuelos y nietos coexistan durante un período de tiempo más prolongado, determinando presencias e influencias recíprocas. Está documentado que se encuentran progresivamente implicados en funciones de crianza, como posible correlato del número creciente de separaciones y de divorcios registrados en la generación intermedia, y que asumen incluso una función compensadora frente a los nietos. La mayoría de estos abuelos cuidan de ellos como continuación de la ayuda que proporcionan a sus propios hijos, forma típica de expresión dela solidaridad intergeneracional.

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Sin embargo, no son pocos los que supervisan lo que hacen sus hijos e hijas en su ejercicio parental. Y estos, por su parte, suelen considerar normal ser más hijos de sus padres que padres de sus hijos, debido a una tendencia a la inmadurez que afecta a las nuevas cohortes de progenitores. De ahí la necesidad de conservar intactos los roles y trazar fronteras nítidas dentro del sistema familiar, distinguiendo entre las responsabilidades parentales y la colaboración que puedan brindar los abuelos con sus mejores intenciones. La participación en actividades relacionadas con el tiempo libre parece ser la clave para generar espacios que potencien vínculos de abuelazgo saludables.

Pero más allá de las diversas situaciones que puedan verificarse en cada familia en particular, vale destacar el significativo aporte que las personas de edad realizan en sus entornos de pertenencia y que expande sus alcances hacia el conjunto social. La relación con los abuelos es por lo general una referencia memorable en la vida, si bien puede adquirir múltiples formas y traducirse en experiencias de lo más variadas.

Aquí vale pensar las familias como entidades que sobreviven a sus miembros, franqueando el concepto de estirpe, sin que esto remita -claro está- a ningún tipo de linaje nobiliario. La noción de familia como el conjunto de ascendientes y descendientes que integran una progenie, perpetuando sus lazos a través de las sucesivas generaciones, recogiendo legados y abriéndose creativamente al porvenir. Los abuelos son parte de esta trama vincular latiente. Son el puente que conecta pasado y futuro ;bisagra de una genealogía humana singular, persistente y deseosa de más.