Las lamentables pérdidas generadas por el incendio producido en la Catedral de Notre-Dame movilizan profundos sentimientos no sólo en el pueblo de Francia sino también en millones de ciudadanos del mundo. El concepto de patrimonio eclesiástico original se fue transformando con los años en patrimonio cultural y finalmente en patrimonio de la humanidad. Hoy la catedral es el monumento más visitado de Francia, más de 13 millones de personas concurren por año.
Esos 5500 m2 comenzados a construir en el año 1.163 para ser terminados en el 1345, con distintas modificaciones a lo largo de su historia (la más significativa realizada por Eugéne Viollet-Le-Duc en 1845 y terminada en 1870) encierran huellas que los han ido resignificando sin solución de continuidad hasta nuestros días. Huellas que abarcan desde la coronación de Enrique Vl de Inglaterra (Guerra de los 100 años) en 1429, la autocoronación de Napoleón Bonaparte como emperador (1804), la beatificación de Juana de Arco (1909), ser símbolo de la resistencia a la invasión nazi en la Segunda Guerra Mundial, hasta ser punto de reunión de los jóvenes hippies setentistas luego cobijados en la Plaza del Centro Pompidou (año 1977).
Las catedrales góticas representaban las necesidades y aspiraciones de la sociedad del siglo Xll, eran símbolo del crecimiento urbano y de las ideas de esplendor y monumentalidad. Simbolizaban, al decir de los historiadores, la búsqueda de una nueva dignidad. Hoy la cultura tradicional europea está siendo teñida o transformada (para algunos amenazada) por la globalización, por las corrientes migratorias y por las asimétricas tasas de natalidad existentes entre oriundos y migrantes.
Tras el incendio que devastó la emblemática Catedral parisina, se visualiza el dolor y a su vez, el desafío generado en su sociedad por reconstruir cuanto antes ese hito cultural resignificándose el sentido de dignidad con el que fue creado nueve siglos atrás. Emanuel Macron dijo en un discurso muy sentido, "reconstruiremos todos juntos la Catedral" y en forma inmediata lograron donaciones que superan los 800 Millones de euros. Igual que al momento de su construcción son aportadas generosamente por tradicionales familias francesas, empresas y ciudadanos comunes; en suma el presupuesto no fue ni será un problema.
La incendiaria tapa de Charlie Hebdo sobre Macron y Catedral de Notre Dame
Los principales daños se concentran en la cubierta (se perdieron 2/3 de la misma), la aguja de 93 metros de alto creada por Viollet-Le-Duc se derrumbó íntegramente, de las nueve bóvedas de la nave principal se perdieron dos. Los tres rosetones principales de 13 metros de diámetro no han sido destruidos, al igual que sus 2 principales órganos de 7.374 y 1840 tubos. Los arbotantes, parte fundamental de la estructura que son de piedra y le dan sentido a la especialidad, aparentemente están intactos al igual que casi todas las obras de arte, el altar de mármol, la cruz y las 16 estatuas de cobre.
Ahora bien, ¿cómo será la restauración de Notre Dame? Como era de esperar ya comienza la discusión sobre los interrogantes clásicos de la Arquitectura de ayer, hoy y siempre: ¿Qué?,¿Cómo?,¿Cuánto?, ¿Dónde?,¿Con Quién? El ¿qué hacer? tiene respuesta obvia, es su íntegra rehabilitación para ponerla en valor y que no se transforme en ruinas visitables, opción tomada para otros edificios de post guerra.
Por qué Notre Dame se convirtió en un ícono de la arquitectura mundial
El ¿cuánto?, el ¿dónde? y el ¿con quién? también estarían resueltos (recursos presupuestarios, tiempos de ejecución entre 10 y 20 años, implantación y recursos de materiales y mano de obra especializada). El gran dilema pasa a ser el ¿cómo? que presentaría dos claras opciones:
- Reconstrucción mimética, es decir, replicar de manera idéntica lo que ya estaba.
- Reconstrucción equilibrada, que no sea una copia perfecta del pasado pero respetando y manteniendo a rajatabla su esencia, sus valores arquitectónicos, artísticos, espacialidad y proporciones.
En el primer caso, entre otras cuestiones, habría que reconstruir “La Fôrguet” (El Bosque), exactamente igual a lo hecho en el siglo Xll, armaduras de madera llamadas así porque se talaron 1.300 robles (21 has de Bosques) y en donde cada viga era un árbol.
La aguja de Viollet-Le-Duc que data del siglo XlX se puede reconstruir perfectamente.
En el segundo caso considerando que la Catedral no tuvo una historia estática, lo acreditan 800 años de intervenciones, sería respetando como fue dicho a rajatabla su esencia y reconstruirla con materiales y técnicas de avanzada dejando una huella generacional que con el tiempo forme parte de su historia.
Las opciones están planteadas con sólidos argumentos y entusiastas militantes en ambas alternativas. Quienes sean los encargados de tomar la decisión tendrán que hacer frente a semejante desafío histórico.
* Arquitecto. Profesor Titular. Ex Decano de Facultad.