En medio de esta pandemia, de esta angustia, de este pánico e incertidumbre en torno a cómo seguirá trastornando nuestras vidas este virus altamente contagioso que ingresó también en Argentina, para instalarse por tiempo indeterminado, un indicador político parece ser muy claro, y es que un 40% de la población que parecía no aceptar un gobierno del Frente de Todos, está apoyando incondicionalmente la autoridad del presidente Alberto Fernández, quien cada día con más fuerza, cuenta con absoluta legitimidad, como el presidente de todos los argentinos. Así, una nación que dejó de lado las banderas políticas, eligió poner en alto a una sola, la de la Argentina. Este escenario se dio frente a la importante presencia de una dirigencia política opositora, que sin descanso nos viene demostrando que su apoyo es total, respecto a las medidas consensuadas con el oficialismo, y que trabaja y asegura que continuará trabajando codo a codo y sin pausa, frente a esta emergencia sanitaria que nos invadió, nos conmovió y nos desestabilizó vertiginosamente.
Frente a las múltiples medidas para atacar esta pandemia, implementadas por el presidente con acuerdo de la dirigencia política opositora y los gobernadores de todas las provincias, con el preciso propósito de hacerle frente a este virus perturbador, hemos avanzado un millón de casilleros en materia de convivencia partidaria, calidad democrática, toma de decisiones conjuntas y determinaciones concretas sobre cómo actuar frente a una problemática de enormes dimensiones como lo es una pandemia. Y así el presidente ha logrado el apoyo de toda la dirigencia política y de prácticamente la totalidad de la ciudadanía argentina, que está convencida que Alberto Fernández se encuentra trabajando para la totalidad de los argentinos.
Alberto y su arenga para luchar en toda la Patria
No suena oportuno o sí, en momentos de pandemia, plantear un tema de preocupación de gran cantidad de ciudadanos, respecto a la vuelta de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, para ejercer nuevamente la codirección del gobierno del Frente de Todos, o el reingreso a la escena política del ex presidente Mauricio Macri. No resulta grato plantear dudas o inferir problemáticas, porque la política partidaria ha sido absoluta y notablemente dejada a un costado, con total entereza por parte de la totalidad del arco político. Sin embargo, no parece sensato negar que los enfrentamientos eran despiadados entre oficialismo y oposición hasta que Cristina Fernández de Kirchner partió hacia Cuba y hasta que Mauricio Macri se apartó durante un tiempo considerable de la arena política. Por tal motivo, la vuelta de ambas figuras causa cierto resquemor o temor entre muchos ciudadanos, que no quieren que vuelva a reinar el enfrentamiento o la discordia, porque en momentos de emergencia sanitaria, necesitamos la unión de los argentinos; ya lo dijo el presidente, el único enemigo silencioso que hoy tenemos se llama coronavirus.
Datos sobre la realidad político-electoral que nos acompañan desde comenzada la campaña presidencial en torno a las últimas elecciones, y que hoy pueden ayudarnos a defender a la Argentina unida: un 70% de la población rechazaba la vuelta de Cristina y un 70% de la población rechazaba la reelección de Mauricio. Por tal motivo, Cristina recurrió a la figura de Alberto Fernández para que encabezara la nueva fórmula presidencial, y Mauricio buscó un aliado peronista con importantes influencias en el Congreso de la Nación, Miguel Ángel Pichetto para que lo secundara en la fórmula de Juntos por el Cambio. Las elecciones sucedieron, triunfó el Frente de Todos, y Alberto Fernández es el nuevo presidente de los argentinos.
Coronavirus, Alberto Fernández y una postal política que pasará a la historia
En tiempo récord, Alberto Fernández, con apoyo de los demás sectores político-partidarios, logró desactivar magistral y muy oportunamente la maldita “grieta” en tiempos de coronavirus, y no necesitamos ni un poco, que se vuelva a activar la división y enfrentamiento entre la dirigencia política ni entre los ciudadanos.
Hemos podido lograr después de décadas, que nuestra dirigencia política se ponga a trabajar en conjunto para gobernar y cuidar a todos y no a una parte de los ciudadanos. Hemos podido lograr que todos y no una parte de los ciudadanos se sientan representados y cuidados por nuestra dirigencia política.
Ojalá este meta mensaje que sobrevuela puertas adentro y en las redes sociales, haya sido bien interpretado por la vicepresidenta y el ex presidente de la Argentina, y que sus presencias aúnen fuerzas y aporten ideas para el bien común, y ojalá que los argentinos que aun gustan “jugar a la grieta” dejen de hacerlo de una vez, porque necesitamos ese enorme abrazo fraterno, a la distancia, pero con toda la potencia, para luchar contra un virus que nos sorprende día a día, pero que si nos encuentra unidos tendrá muchas menos chances de salirse con la suya.
Dos consignas de vida, aquí y ahora: permanecer en nuestras casas respetando el aislamiento obligatorio y permanecer unidos, todos contra el coronavirus.
Sandra Choroszczucha Politóloga y Profesora (UBA)