En un mundo convulsionado por el avance del COVID-19, resulta imperioso adecuar el Sistema de Salud para utilizarlo al máximo de sus posibilidades. El recurso más sensible –un verdadero “cuello de botella”– es la disponibilidad de camas nosocomiales –tanto hospitalarias como del sistema privado–.
Las autoridades sanitarias han respondido con la celeridad que amerita la difícil situación. Se están habilitando nuevas camas para la internación de pacientes en hoteles, clubes, espacios abiertos, sindicatos, entre otros. Aún así, a pesar de todos los esfuerzos, podrían resultar insuficientes.
Quienes brindamos asistencia a través de la internación domiciliaria podemos aportar nuestro granito de arena. Estamos trabajando a destajo para ampliar nuestra cobertura –contratamos personal, ampliamos nuestro
recurso físico, intensificamos la capacitación, y hemos presentado un proyecto al Ministerio de Salud de la Nación–.
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La internación domiciliaria es una herramienta de probada eficiencia para el abordaje de pacientes con diversas problemáticas médicas. Se utiliza en diferentes lugares del mundo -Reino Unido, Francia, España, Italia, Chile, entre otros- con resultados de excelencia. De hecho, en los mencionados países, está siendo utilizada en la actualidad para el abordaje de pacientes previamente seleccionados infectados por el COVID19, como así también para continuar asistiendo a pacientes en sus domicilios que hoy se encuentran internados, como recurso para liberar rápidamente camas en las instituciones.
Desde nuestro lugar, estamos convencidos que podemos ser de mucha utilidad en esta contingencia. Tanto para la evacuación hospitalaria de pacientes en general como, si el Ministerio de Salud lo dispusiera, de aquellas personas afectadas por el COVID19 que cumplan con los requisitos establecidos por sus médicos de cabecera.
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La internación domiciliaria es un recurso de probada eficacia y eficiencia para el abordaje de pacientes seleccionados. Libera camas hospitalarias, es mucho más confortable tanto para el enfermo como para su familia y está cubierta por el Plan Médico Obligatorio (PMO). Tiene por finalidad asistir a personas con patologías de distinta complejidad para que completen el tratamiento indicado por su médico de cabecera durante su estancia hospitalaria.
En Argentina esta modalidad forma parte del Programa Médico Obligatorio (PMO) desde el 2002, quedando los costos a cargo de prepagas y algunas obras sociales. Según estimaciones propias, se atienden en la
actualidad bajo la misma, aproximadamente 130.000 pacientes en todo el territorio argentino, de todos los grupos etarios y de todas las complejidades: desde un seguimiento médico mensual hasta una Unidad de Terapia Intensiva domiciliaria.
* Licenciada en Administración de Servicios de Salud. Directora de Grupo Medihome.