Si anhelábamos saber qué significa educar en la incertidumbre, creo que tuvimos y tenemos ante nuestros ojos el ejemplo más claro y evidente. La vuelta a las clases presenciales luego de haber experimentado una escuela en casa, aislados socialmente, abre desafíos que son oportunidades para repensar la educación formal.
Tres son las dimensiones en las cuales la educación tiene que integrarse y repensarse seriamente: la dimensión política institucional; la dimensión pedagógica, didáctica y tecnológica; y la dimensión de la calidad de la evaluación de los aprendizajes.
La escuela como institución creada para la transmisión crítica de la cultura de la sociedad con sentido formativo, no puede permanecer como hasta ahora. Entonces la pregunta es, ¿cómo será la educación una vez que termine la pandemia? Considero que un eje central es aprovechar esta experiencia vivida para hacernos más humanos en la comprensión profunda de que educar es en definitiva ayudar a las personas a ser mejores personas.
Un eje central es aprovechar esta experiencia vivida para hacernos más humanos en la comprensión profunda de que educar es en definitiva ayudar a las personas a ser mejores personas.
Es una buena oportunidad para deconstruir conceptos que habíamos naturalizado. Para que nos animemos a innovar la organización curricular sobre la que basa su práctica de enseñanza la escuela, a que los docentes trabajen en equipo, a que las experiencias de aprendizaje sean por proyectos y no por materias, a que pensemos los desarrollos curriculares no sólo por contenidos conceptuales sino que prioricemos aptitudes, capacidades para saber hacer con ciencia y con conciencia. Las escuelas todas, con sus diversos enfoques de enseñanza, capacidades y recursos, las de gestión público estatal y gestión público privada, demostraron que pudieron mantenerse en pie frente al cierre de los edificios.
Es la oportunidad para que el Estado plantee un nuevo plan integral de educación digital por nivel educativo, en el que todos los docentes y estudiantes tengan la oportunidad de contar con recursos y con conexión. Es un tiempo para renovar las metodologías didácticas para que se vuelvan más activas, participativas y creativas.
Diálogos sobre educación, escuela y conocimiento en tiempos de pandemia
Desde el Departamento de Educación de la FCS de la UCA, estamos rediseñando los espacios curriculares de los planes de formación docente entre equipos de profesores, para priorizar los contenidos esenciales, integrar exigencias de diversas áreas en desempeños finales conjuntos, y asumir la tecnología como soporte que nos permite enseñar en tiempo real, lo cual frente a la exigencia de la sincronicidad, nos invita a salir de la normalidad y diseñar creativamente clases on line.
Y dejo para el final una consideración respecto a la dimensión central de la evaluación. Calificar , certificar y evaluar tienen alcances conceptuales, metodológicos y de implementación diferentes.
Apostamos a una evaluación entendida como orientación, acompañamiento y ayuda a los estudiantes, para que logren todos cualquiera sea su situación, aprendizajes de máxima.
Apostamos a una evaluación entendida como orientación, acompañamiento y ayuda a los estudiantes, para que logren todos cualquiera sea su situación, aprendizajes de máxima.
Y la forma de expresar esos rendimientos puede asumir una descripción de logros y debilidades para poder orientar con capacidad de mejora continua. Que todos los niños y jóvenes de Argentina tengan las mismas oportunidades de acceso, permanencia, aprendizaje óptimo y egreso del sistema educativo para que puedan desarrollar su proyecto personal de vida, su profesión, trabajo y para que sean felices.
