En los diseños parlamentarios de Europa, el cargo de primer ministro ha sido históricamente desempeñado por candidatos insiders, individuos con amplia trayectoria dentro de su partido político. Es por ello que en estos diseños institucionales priman los “gobiernos de partido”, en los que el jefe de gobierno es líder de su partido y los miembros del gabinete poseen experiencia política. Allí el porcentaje de outsiders (individuos sin experiencia política) y neófitos (que nunca compitieron en una elección ejecutiva o ejercieron un cargo), es significativamente bajo. El caso de Italia es una excepción, país en el que lograron acceder al gobierno individuos con escasa formación política. Los casos de S. Berlusconi y B. Grillo, ambos provenientes del ámbito mediático y empresarial, son indicadores de ello.
Los outsiders de la política: cómo miden Viviana Canosa, el Dipy y Marcelo Tinelli
En los presidencialismos de América Latina, el escenario difiere. Aquí se observa un incremento en la cantidad de outsiders que emergen y alcanzan el éxito electoral, en términos comparativos a los parlamentarismos europeos. Los casos de Bukele y Funes (El Salvador), Bolsonaro (Brasil), Fujimori, Toledo y Humala (Perú), Duarte Frutos, Lugo y Cartes (Paraguay), Correa y Gutiérrez (Ecuador), proveen evidencia empírica de ello. Los resultados de la reciente elección presidencial de Colombia, son un indicador más del avance de este tipo de candidatos en la región. Rodolfo Hernández obtuvo el 47,31% de los votos en la segunda vuelta electoral, frente al presidente electo Gustavo Petro (50,44%).
¿Por qué los presidencialismos de América Latina serían más propensos al surgimiento y éxito electoral de outsiders que los parlamentarismos de Europa?
El diseño institucional per se no lo responde. Una variable explicativa podría vincularse al sistema de partidos. Los insiders tienden a observarse en sistemas estructurados, en donde los partidos que obtienen bancas elección tras elección son los mismos y ofician como fuentes de reclutamiento y promoción de líderes, monopolizando el acceso a cargos. Contrariamente, los outsiders se benefician electoralmente de su deterioro. En contextos de partidos débiles, fragmentados o en crisis (como los de América Latina desde los años noventa), el electorado no encuentra opciones partidarias e incrementan las probabilidades de acceso de outsiders a cargos ejecutivos. En ocasiones, estos candidatos recurren al armado de coaliciones utilizando estructuras partidarias debilitadas que necesitan una “nueva figura”.
Alta volatilidad electoral y desigualdad social
Una segunda variable explicativa podría vincularse a la estructura socioeconómica. Los países de Europa son económicamente menos volátiles y socialmente menos desiguales que los de América Latina, lo cual desincentivaría la demanda de outsiders. Por el contrario, en contextos de alta volatilidad electoral y desigualdad social, el electorado tiende a desilusionarse con la política tradicional, lo que abre una ventana de oportunidad para la emergencia y el éxito electoral de este tipo de candidatos. Ellos se presentan como una alternativa al “establishment”, recurriendo al voto prospectivo y rechazando ferozmente el status quo.
¿Horas de consenso, de confrontación o de los outsiders?
Una última variable podría estar asociada al tipo de regla electoral. El carácter directo propio de las elecciones presidenciales, facilitaría la competencia y el arribo de candidatos sin trayectoria política a cargos ejecutivos. Por el contrario, la burocratización de la carrera política en los parlamentarismos disminuiría las probabilidades de acceso de outsiders e incrementaría la de insiders.
Lo anterior conduce a reflexionar sobre las implicancias del éxito electoral de individuos sin experiencia política para el funcionamiento de las instituciones democráticas de la región.
*Bernardo Dall ´Ongaro es licenciado en Relaciones Internacionales (Universidad del Salvador) y Mg en Administración y Políticas Públicas (Universidad de San Andrés).
