OPINIóN
Panorama dispar

Radiografía de las desigualdades de aprendizaje

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Educación. | cedoc

En las escuelas primarias estatales de todo el país, la supervivencia del guardapolvo blanco nos recuerda uno de los principales objetivos del sistema educativo argentino: la igualdad. Sin embargo, los resultados del operativo Aprender 2021 trazan un panorama dispar entre las provincias argentinas, donde el principal factor común es el retroceso de los aprendizajes tras la pandemia. Las evaluaciones –que midieron los desempeños de los estudiantes de 6° grado– mostraron una caída de todas las provincias en Lengua, y de casi todas en Matemática.

Lamentablemente, era difícil esperar resultados muy distintos tras la interrupción de clases durante la pandemia. Esa interrupción afectó de manera desigual a las jurisdicciones: mientras algunas empezaron a abrir las aulas a fines de 2020, otras prolongaron los cierres escolares hasta bien avanzado el ciclo lectivo 2021. También es desigual la situación de las provincias en términos de conectividad y acceso a dispositivos tecnológicos por parte de los estudiantes y docentes, dos factores que fueron claves para la continuidad pedagógica durante 2020 y 2021.

A nivel nacional, entre 2018 y 2021 el porcentaje de estudiantes de primaria con buenos resultados en Lengua en Aprender pasó de 75,3% a 56,0%: una caída de 19,3 puntos porcentuales. Si bien todas las provincias empeoraron sus resultados, los menores retrocesos se registraron en Ciudad de Buenos Aires (-14,3 puntos porcentuales), Formosa (-15,8 puntos) y Córdoba (-16,4 puntos). Otras provincias, en tanto, tuvieron caídas superiores al promedio nacional: fue el caso de Misiones (-25,1 puntos), San Luis (-24,9 puntos) y Salta (-23,9 puntos).

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Provincias vecinas, con condiciones no muy diferentes entre sí, logran resultados distintos

En Matemática el panorama es aún más heterogéneo. A nivel nacional, el porcentaje de estudiantes con buenos resultados pasó de 57,4% en 2018 a 54,8% en 2021: una caída de 2,6 puntos porcentuales. Las mayores caídas estuvieron en La Pampa (-9,8 puntos), Misiones (-8,1 puntos) y San Luis (-7,7 puntos). Sin embargo, en estos años de pandemia hubo provincias que lograron mejorar sus resultados en esta materia: Mendoza (+2,5 puntos), Tucumán (+2,4 puntos),  Jujuy (+0,7 puntos), Santiago del Estero (+0,7 puntos) y Formosa (+0,6 puntos). Son mejoras pequeñas, pero mejoras al fin –según los datos oficiales–, y especialmente significativas por haberse producido en un contexto tan adverso.

Los resultados generales no solo son bajos, sino que además evidencian una ampliación de las desigualdades entre los estudiantes de mayores recursos y los menos favorecidos. En todas las provincias, los alumnos de estrato socioeconómico bajo tienen niveles de aprendizaje menores que sus compañeros de estrato alto. Estas diferencias socioeconómicas explican en gran medida las asimetrías en los resultados de escuelas estatales y privadas (en general, los alumnos del sector estatal tienen un menor nivel socioeconómico).

No sería adecuado ni justo culpar a los estudiantes por los resultados. Tampoco sería justo asumir que las condiciones de origen determinan cuánto puede aprender un alumno. Nuestra política educativa debería ser capaz de producir mejoras tangibles: los datos muestran que provincias vecinas, con condiciones no tan diferentes entre sí, logran resultados distintos.

Nos toca ahora la tarea más importante: construir los acuerdos necesarios para que, cuando se publiquen los resultados de la próxima edición de Aprender, tengamos por fin buenas noticias.

*Director Ejecutivo de Argentinos por La Educación.