Las elecciones presidenciales que se desarrollarán el 27 de octubre de 2019 presentan una importante novedad. En virtud de la ley 27.337, se estableció el debate presidencial obligatorio. Como parte de la campaña electoral, a través de esta actividad, los candidatos a presidente de los distintos partidos, se enfrentaron, intercambiaron palabras o expresaron conceptos en un tiempo reducido. Todo ello ayuda a los espectadores a conocerlos, a crear, a cambiar o a fijar una imagen. Por este motivo, los debates se convierten en importantes elementos del proceso democrático.
Al mismo tiempo, al igual que un duelo, los debates se miran para dilucidar quién fue el ganador. Para evaluarlo existen varias mediciones posibles. La más sencilla sería esperar a ver quién resulta ganador en las elecciones. Otra, más interesante, es preguntar la opinión de los expertos. En esta oportunidad, las opiniones variaron según quien las miraba. Fue difícil conseguir un juicio contundente. Sólo se puede afirmar que no hubo un claro ganador. Dos de los candidatos, Macri y Fernández protagonizaron el evento principal. El segundo pareció actuar bajo el supuesto de que sus votantes no lo abandonaran y se mostró seguro de su victoria.
Quién ganó el segundo debate presidencial, según los analistas
Por el contrario, Macri se mostró más agudo que en el primer debate y apuntó, no sólo a su propio electorado sino que envió mensajes para capturar potenciales “votantes del medio”. Los candidatos restantes, Lavagna, Espert, Centurión y del Caño, sin expectativas de ganar, terminaron sirviendo como mojones para comparar con los dos principales o expresaron una política alternativa. Sin embargo, Espert y Centurión tienen potencial para restar votos a Macri, mientras que Lavagna podría también atraer algún voto de los Fernández.
De este modo, el debate demostró su valor. Es para lamentar que en el cruce entre los candidatos con mayores posibilidades de ganar se mostraron más como enemigos que como adversarios políticos dejando al descubierto el abismo que los separa. Con estas actitudes el debate puede terminar generando dudas sobre la calidad del proceso democrático.
*Analista político y director del Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad del CEMA.