OPINIóN
Pandemia

Educación, la importancia del acceso a internet durante la cuarentena

Nos encontramos inmersos en el mundo de la tecnología, el que no tenga acceso no va a contar con igualdad de posibilidades.

alumna
Educación en aislamiento | Pixabay

La Argentina cuenta con un amplio y diverso mapa educativo, comprende 23 provincias, cada una con diferentes realidades y gran disparidad en los modos y métodos de implementación educativa. Con el avance de esta pandemia, esas diferencias se ampliaron extendiendo la brecha digital, profundizando la grieta educativa. Pero el cuestionamiento no es ya de aquellos que se encuentran desplazados, quienes cuentan con el acceso a los materiales y recursos educativos a través de la red también cuestionan las progresiones que realizan sus hijos y si verdaderamente alcanzan los conocimientos necesarios al nivel que cursan.

Recientemente, se difundió una encuesta realizada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, entre los resultados, se destaca que el 62% de los padres cree que, a pesar que los niños dedican entre 2 y 4 horas diarias a las tareas escolares, no van a alcanzar los conocimientos adecuados a su nivel educativo.

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Nuestra generación vivió la educación de otro modo, sin tecnología, y hoy nos encontramos con esta realidad totalmente diferente. La cuarentena forzó a los docentes al máximo de sus capacidades, a encontrar la mejor manera de brindar el material educativo, que a la vez debe ser creativo e invitar a investigar apelando a todos los recursos, intentando superar las limitaciones tecnológicas propias de cada docente. Mientras, en casa, el adulto significativo tuvo que acompañar estos espacios de aprendizaje, un ejercicio que se prolongará por el tiempo que dure la reclusión, pero con dos consideraciones como premisa: flexibilidad y coherencia. Son muchos días y no podemos, ni debemos, ponernos en el rol de ser el docente de los hijos porque la presión que puede generar es muy fuerte y nociva para el desarrollo cognitivo. Conviene ir haciendo todo lo que se pueda resolver, de a poco, y dejar aquello que represente una limitación para la vuelta al aula.      

 

La nueva grieta, ahora de la mano de la educación

Sin embargo, un debate urgente se encuentra en el acceso a Internet, debe estar asegurado, una mejor calidad educativa requiere mejorar la conectividad. Nos encontramos inmersos en el mundo de la tecnología, el que no tenga acceso no va a contar con igualdad de posibilidades. Todos y cada alumno debe disponer de conectividad para aprender. El modo en que cada chico recibe la tarea diferencia dos realidades. Mientras algunos pueden comunicarse, recibir contenidos online y realizar videoconferencias; otros alumnos todavía están en instancias menos avanzadas, con cuadernillos, fotocopias o yendo a buscar el material que dejó el docente a la escuela. Es por esto que, para tener mejor calidad educativa, tenemos que mejorar la conectividad. 

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El mundo que se acerca va a ser diferente, y vamos a tener que cambiar algo, porque las demandas del futuro ya están presentes, y esta escuela así estructurada ya no es posible, caducó. Debemos pasar a un nuevo modelo educativo porque muchas personas más van a quedar sin trabajo en el camino. Si bien el debate sobre quién tiene o no tecnología estaba presente hace 20 años, hablábamos de un analfabeto digital, hoy también tenemos analfabetos emocionales, y es ahí donde la escuela también tiene que abrir el aprendizaje.

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Sin embargo, existen otros conocimientos que también se están promoviendo. Los alumnos están aprendiendo a organizarse en las tareas diarias. También, se generaron vínculos de confianza de los niños y los padres con los docentes, reconociendo su labor profesional. Pero, sobre todo, la educación avanza sobre un sistema que motiva el desarrollo de aprendizajes necesarios para los trabajos del SXXI, que demandan la generación vínculos y la colaboración, preparando al motor de desarrollo del futuro para los trabajos que deberán realizar, mayormente mediatizados por dispositivos móviles. La pandemia nos impulsa a adaptarnos a las nuevas modalidades de trabajo requeridas para cubrir los puestos de mayor demanda. El trabajo del futuro está ahí. 

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Es una realidad que niños y niñas aprendieron, de inicial al secundario, y también a la universidad de una manera diferente, sin ir al aula y lejos de los materiales a través del contacto continuo con el docente. Y si bien la tecnología es imprescindible, sola no basta para sostener la progresión educativa de los contenidos cognitivos, será necesario reforzar en el aula y retomar la instancia presencial.

 

*Por la Lic. Susana Kunzi, asesora educativa, diplomada en Educación y nuevas tecnologías y directora en Ayudar a Aprender