1 - ¿Se puede trasladar las mismas metodologías de evaluación presencial al formato virtual?
La evaluación forma parte del proceso de enseñanza - aprendizaje. La evaluación debe estar en sintonía con la enseñanza. De este modo, ante un proceso diferente y excepcional de aprendizaje debe corresponderse un proceso diferente y excepcional de evaluación.
Estamos de acuerdo en que existan instancias de evaluación en el contexto actual pero con el ingrediente fundamental de la flexibilidad que permita a directivos y docentes adaptarse y tener una mirada contextualizada. Pensamos que no evaluar es de alguna manera no reconocer y valorar el trabajo de tantos docentes y alumnos durante estos casi dos meses de clases a distancia. Evaluar como si todo hubiera sido normal tampoco parece sensato. Pero evaluar flexibilizando ciertos plazos, modalidades y niveles de exigencias pensamos que es favorable también para la motivación a futuro tanto de docentes y estudiantes mientras dure la pandemia de coronavirus y el sistema de educación a distancia.
Por ejemplo, al hablar de flexibilizar niveles de exigencia nos estamos refiriendo a priorizar ciertos contenidos nodales como se ha hecho en la Ciudad de Buenos Aires. Flexibilizar tiempos abre la posibilidad de discernir si conviene o no mantener el esquema bimestre - trimestre o bien considerar dos grandes momentos: el tiempo virtual y el tiempo presencial (cuando regresemos al aula).
2.- En el caso que se tenga que pensar otras técnicas/metodologías/formas ¿cuáles serían o recomendaría? Y en todo caso ¿qué se debería tener en cuenta en un contexto de enseñanza a distancia?
Ni las instituciones educativas, ni los docentes ni las familias estuvimos preparados para este escenario. Es muy loable la tarea incansable de directivos, docentes y familias para sostener la continuidad educativa en sus diversos niveles: social ya que muchas escuelas se ocupan del tema alimentario, intelectual a través del trabajo en múltiples y variados formatos, socio - afectivo brindando contención a múltiples actores institucionales. Todo este escenario novedoso y complejo debe darnos márgenes amplios de paciencia y comprensión porque estamos aprendiendo todos y en el contexto de la pandemia pienso que el sector educación debe ser parte de la solución y no del problema que es principalmente sanitario y económico.
En cuanto a metodología recomendaría recopilar, en aquellos casos que sea factible, las diversas tareas y actividades que los alumnos fueron realizando en este tiempo a través del recurso didáctico del portfolio. De este modo, muchos docentes encontrarán elementos para evaluar a sus alumnos e incluso calificarlos sea cuantitativa o cualitativamente. Por el contrario cuando el docente no pueda verificar la asimilación de los contenidos fundamentales o bien el alumno no logre los mismos, mi opinión es que dado el contexto tan particular, se debería establecer la categoría que ya existe dentro del sistema y se denomina “en proceso”. Esto será hasta que se retorne a lo presencial o bien mientras se continúe con lo virtual tratando de mejorar la situación académica del estudiante.
Al regreso a la presencialidad habrá que trabajar especialmente con estos alumnos para que puedan tener oportunidades de recuperar ciertos aprendizajes que no pudieron, por diversos motivos, adquirir en la etapa de distancia.
Finalmente saber que el comienzo del ciclo lectivo 2021 tendrá que contener también una etapa de diagnóstico y repaso mayor que lo habitual ya que escenarios como éstos siempre dejan algo en el camino que es necesario recuperar en algún momento.
3.- ¿Cómo cambiar las costumbres de evaluación en tan poco tiempo? ¿Estamos preparados para un cambio tan repentino? Pensar desde el lado de los docentes y también desde la visión de los alumnos y la familia. Desafíos para los diferentes actores del ecosistema educativo.
Como mencionaba antes, ciertamente no estábamos preparados para transformar de la noche a la mañana todo un sistema de presencial puro a virtual puro. Tampoco hubo posibilidades de uno o dos días de presencialidad como para organizarse con los alumnos en el aula dado que la cuarentena obligatoria para los alumnos comenzó a regir un domingo a la noche.
Coronavirus: la crisis tiene el tamaño de la oportunidad
Seguramente la gran mayoría de los docentes esté haciendo un esfuerzo muy grande para evaluar a la distancia y eso es muy meritorio aunque no tenga ingredientes de innovación. Tal vez otros, estén aprovechando la crisis como oportunidad y se animan a innovar en la evaluación diseñando formatos más novedosos. Por ejemplo, podría estudiarse la misma pandemia y evaluarla en la línea del aprendizaje basado en proyectos es decir con un abordaje multidisciplinario. Ésto además descomprimiría mucho la tarea de corrección de los docentes y pienso que daría mucho significado y valor pedagógico a lo que estamos viviendo.
4.- Reflexión final: ¿Será un antes y un después para la educación este contexto de pandemia? ¿Dejará alguna enseñanza?
Experiencias fuertes como éstas ciertamente deben dejarnos enseñanzas. En primer lugar con tanta tecnología, zooms y mediaciones de pantallas extrañamos mucho el encuentro presencial, cara a cara, el contacto con la naturaleza y el compartir con los demás. Podríamos en este sentido revalorar la dimensión comunitaria de encuentro que tiene la escuela y la educación en general que es en definitiva una cuestión de vínculos.
El desafío de aprender de manera virtual en tiempos de Coronavirus
No creo que al regresar las cosas cambien drásticamente como si hubiera una realidad educativa del sistema antes y otra después de la pandemia. Volveremos en parte a lo mismo y en parte transformados con una gimnasia y confianza mayor en el uso de la tecnología dentro del proceso educativo, pero sobretodo volveremos más convencidos que nunca a las aulas con ganas de abrazarnos con los colegas y con nuestros queridos alumnos.
* Director Pedagógico. Vicaría de Educación. Arzobispado de Buenos Aires.