El proyecto de ley presentado por el Poder Ejecutivo Nacional bajo el título "Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos" plantea una cuestión de gran preocupación: la delegación de facultades amplias por un período de cuatro años.
Esta propuesta, que contradice la propia Constitución Nacional, nos enfrenta a un escenario en el que el Poder Ejecutivo pretende concentrar un poder desmesurado.
Es inquietante observar la pobre redacción legislativa que se extiende a lo largo de sus numerosas páginas, plagadas de 664 artículos, además de anexos.
Esta falta de claridad y precisión en el texto refleja una falta de respeto hacia el pueblo argentino, que merece leyes bien redactadas y transparentes.
Una jugada peligrosa para concentrar poder
Sin embargo, lo más alarmante de este proyecto no es solo su forma, sino su contenido.
Al parecer, el Poder Ejecutivo no comprende la importancia de la filosofía de Montesquieu y la división de poderes, fundamentos básicos de una república democrática, queriendo llevarnos de vuelta a épocas oscuras en las que un líder concentraba un poder absoluto.
Intenta convencernos de que esta concentración de poder es necesaria para evitar el caos y amenaza con calamidades si no aceptamos sus condiciones.
Pero vivimos en una sociedad moderna, donde los tiempos han cambiado y los desafíos son diferentes.
Es cierto que el pueblo argentino eligió al presidente para gobernar, pero esto no significa que debamos permitir una delegación de poderes sin límites.
Los últimos días de Juan Manuel de Rosas
El Congreso, compuesto por representantes del pueblo, es el contrapeso necesario para evitar abusos del poder ejecutivo, asegurando que las decisiones se tomen de manera colectiva y en beneficio de todos.
Los desafíos económicos que enfrentamos no justifican la renuncia a la división de poderes y a los principios republicanos.
El gobierno tiene la responsabilidad de abordar la inflación y promover el desarrollo económico, pero esto no implica que debamos sacrificar nuestra democracia y permitir una concentración excesiva de poder.
Creo en la división de poderes, en la república y en el federalismo. No permitiré que se ejecuten mandatos partidarios o acuerdos en contra de la Constitución Nacional.
La crisis de nuestro país no se enfrenta destruyendo la Constitución, sino cumpliéndola en su espíritu y texto.
