OPINIóN
Estrategias

El "milagro" económico de Bolivia

Expectativas por el gobierno del presidente Luis Arce y el boom económico que ayudó a disminuir la pobreza en Bolivia.

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El candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) Luis Arce | AFP

El triunfo electoral del candidato Luis Arce despertó el interés en el llamado milagro económico boliviano, que lo tuvo como protagonista en su condición de ministro de Economía, entre 2005 y 2017, regresando al cargo en 2019 hasta la renuncia del presidente Evo Morales.

El “milagro” es atribuido en gran parte al boom de las materias primas que vivió el sur de América latina entre 2005 y 2015. En el caso de Bolivia, ello se reflejó en el gas natural, que exporta principalmente a Brasil, aunque también en las ventas de zinc, estaño, oro y plata. Todos esos minerales tuvieron un gran incremento de precio, lo cual hizo que el país tuviera mayores ingresos que generaron un gran superávit comercial y un significativo incremento de las reservas externas.

En efecto, el gobierno boliviano acumuló reservas para utilizar como amortiguador en la época en que los precios cayeran, como sucedió a partir de 2014.

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El triunfo electoral del candidato Luis Arce despertó el interés en el llamado milagro económico boliviano

Una medida clave fue la llamada nacionalización de los hidrocarburos dispuesta en 2006. En rigor, se trató de un incremento en la participación del Estado en la renta y en las decisiones de las empresas. Diversas multinacionales suscribieron nuevos contratos con la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y se acordó el pago de un tributo sobre el valor de la producción de entre 50 y 85%. Los ingresos del gobierno boliviano por hidrocarburos aumentaron casi siete veces, pasando de 731 millones a 4.950 millones de dólares en 2019. Estos ingresos fueron determinantes a la hora de permitir que el gobierno lograra una estabilidad macroeconómica, además de financiar el gasto social.

Concluido el boom de materias primas, durante el cual el país creció y redujo la pobreza, Bolivia recurrió a un elevado gasto público y un creciente crédito interno, manteniendo un alto crecimiento económico, a pesar de la caída de los precios y volúmenes de exportación de gas a partir de 2014.

La estrategia del gobierno en este tiempo fue tener un peso boliviano estable. Ello permitió que la proporción de depósitos en dólares en el sistema financiero disminuyera del 34% en 2008 al 1% en 2019.

Finalmente, según datos de la Cepal, la inversión extranjera directa pasó de 258 millones de dólares anuales en el período 2005/2009 a 1.750 millones en 2013, para caer a 316 millones en 2018.