#PeriodismoPuro es un nuevo formato de entrevistas exclusivas con el toque distintivo de Perfil. Mano a mano con las figuras políticas que marcan el rumbo de la actualidad argentina, Fontevecchia llega a fondo, desmenuzando argumentos y logrando exponer cómo piensan los mayores actores del plano del poder. Todas las semanas en perfil.com/PeriodismoPuro
— Cuando el año pasado usted dijo que Randazzo era uno de los dirigentes que usted respetaba, en lo que supuestamente podía ser una tácita invitación a sumarse a Cambiemos, Randazzo respondió: “No me voy a hacer puto de grande”. ¿Le llamó la atención esa manera de calificar el pase de del peronismo a Cambiemos?
—No me llama la atención la frase. Yo lo dije por una filosofía conceptual del armado de Cambiemos que cambió en el momento del triunfo y ha sido mi tema de discusión todo el año pasado. A mi criterio, y mucho más con el gradualismo inteligente que hizo el gobierno durante su primer año, lo que correspondía era ampliar el capital político para que el día de mañana podamos asegurarnos las reformas estructurales. El peronismo el año pasado estaba aturdido.
— Desconcertado.
—Exacto. El haber transitado tanto la provincia, me permite tener un conocimiento biográfico de casi todos los actores, como ellos lo tienen de mí. Me daba cuenta, olfateaba, que había posibilidades de ayudar a un armado alternativo al kirchnerismo porque no veía cómodo a los intendentes: Cascallares, Insaurralde, Katopodis. Ellos tenían la intención de armar una alternativa más prudente, menos...
— Más republicana.
— Menos sesgada ideológicamente. Pero había que ayudar a que eso se arme y esto es lo que pedí en el primer semestre y lo pedía a gritos, porque me daba cuenta que si eso se hacía en el momento más alto nuestro, podíamos tener consecuencias favorables al año siguiente. Ahora miro las elecciones y corroboro esa teoría. Pero bueno, no ocurrió.
—¿No cree que, en realidad, desde una estructura de pensamiento, o si usted quiere, de marketing electoral, querían dejar “viva” a Cristina Kirchner?
—No. Trataré de hablar con la mayor sinceridad. No existía, nunca existió la estrategia de una Cristina vigente, no estaba en la sensación de la sociedad ni en la política de Cambiemos. La estrategia el año pasado era que, con buena comunicación, con caras nuevas y un cambio económico que llegaría en el segundo semestre, no iba a haber inconvenientes.
—En ganar las elecciones.
—En ganar, sí. Este fue el criterio, y esta fue la contestación que tuve cuando hacía el reclamo. Creo que esos intendentes municipales van a buscar un espacio nuevo, porque son de la generación de los 50 años, quieren un país distinto, son dialoguistas. En estos dos años debemos proyectar, con esos intendentes, un cambio estructural en el conurbano.
—Usted plantea dos dimensiones: una, contribuir a que el peronismo de la provincia desarrolle una línea más parecida al peronismo del interior, en consonancia con los gobernadores, distinta del kirchnerismo. Por otro lado, los que podrían, incluso, pasarse a Cambiemos. ¿Usted cree que Randazzo, habiéndose quedado con el sello del PJ y teniendo el dinero de la campaña publicitaria gratuita que le delega ese sello, quedará en posibilidades de construir algo distinto en la provincia de Buenos Aires, que sea parecido a lo que imaginaba apoyar el año pasado, o está, por lo poco que obtuvo en estas elecciones, como para quedarse en el camino?
—Puede hacerlo, cómo no. Tiene que saber que es un tránsito de menor a mayor. Él fue de mayor a menor, abruptamente. Si yo estuviese en la oposición me plantearía un proyecto a seis años. Tendría eso como base. Pero también él debe ampliar y no basarse en una estructura donde ya los partidos tienen menos razón de ser. Tiene que sembrar con amplitud, un nuevo espacio. Florencio arranca bien parado. Pero el Estado te hace muy táctico y menos estratégico porque vos tenés las herramientas para la táctica y perdés estrategia. Florencio quedó con un perfil muy táctico. El peronismo, él, tienen que plantearse una estrategia. El peronismo desapareció, no existe en el país. Se metió adentro del estado y se olvidó del partido. Si alguien cree que solo por ser peronista tiene chances de volver al gobierno, está lejos de poder hacerlo.
—Lo que usted dice es que Randazzo, en la provincia de Buenos Aires es más que el sello del PJ.
— Hoy sí, es más Florencio. Cristina hizo un desastre, dijo: “No quiero al PJ” y chau. Si le sacan a Randazzo, les queda Ishii o Espinoza, que es el presidente. No existe más como partido. No lo pueden sostener.
— ¿Corre riesgo Randazzo, dado algunos intendentes, como Zabaleta de Hurlingham o Katopodis, de San Martín, toleraron perder las PASO y perder en sus distritos, que para octubre lleven adelante algo diferente, que se corran y que Randazzo se quede sin nada?
—Puede ocurrir, sí. Porque para sostener un distrito como San Martín o Hurlingham, hasta el propio Florencio debe entender que nadie dudará en hacer un delivery de boletas si debe sostener su municipalidad. Eso es una dificultad grave que tendrá Florencio en esta elección.
—¿Cristina puede correr algún riesgo, aunque en menor proporción, de que al ver que no obtuvo el triunfo que se esperaba, por 10 o 6 puntos, pueda haber intendentes que en octubre jueguen diferente?
—No. Su fortaleza en el conurbano va a estar intacta. Los intendentes más importantes, de correrse, creo que pueden estar beneficiados en parte por lo que le acabo de describir sobre de Florencio. Que corran votos hacia Cristina, que sumará algunos puntos más, producto de las circunstancias.
—Usted piensa que Cristina obtendrá más votos de los que tuvo, en parte también por Randazzo.
—Sí, no muchos, pero más. Para mí es casi piso y techo, donde están. Mi duda es Massa, porque es el que tiene un electorado más volátil.