En diálogo con Jorge Fontevecchia para su programa "Periodismo Puro" (Net TV), el ministro de Economía, Martín Guzmán, habló de su trayectoria profesional y la vasta experiencia académica que desplegó, fundamentalmente, en universidades de los Estados Unidos. Autor de varios libros de referencia sobre temas financieros sostiene que, a pesar de la distancia geográfica que supo tomar del país en el 2008, su enfoque económico siempre estuvo en resolver los problemas de la Argentina.
En la entrevista, Guzmán asegura que, antes de ser elegido ministro por Alberto Fernández, "estaba muy vinculado a Argentina previamente, a pesar de haberme marchado a Estados Unidos en el año 2008. Nunca perdí ese vínculo". "Tuve una relación también muy estrecha con la realidad argentina, que es lo que motiva mi dedicación a la economía. Mi enfoque desde siempre está en contribuir a resolver los problemas de la economía argentina", agregó.
A continuación, un fragmento de la entrevista en la que habla de su historial personal antes de su llegada al gobierno:
JF: En el gobierno de Mauricio Macri hubo muchos recién llegados del exterior, con chapa, que venían para arreglar la economía. La mayoría tenía un sesgo claro de Wall Street. Vos compartís el ser recién llegado pero con un sesgo académico. ¿Hay un saber práctico diferente del saber académico?
MG: Hay cuestiones que aclarar con respecto a desde dónde uno viene y con qué experiencia. Estaba muy vinculado a Argentina previamente, a pesar de haberme marchado a Estados Unidos en el año 2008. Nunca perdí ese vínculo. De hecho, vine todos los años, pasé meses aquí y di al menos un curso en la Universidad pública en La Plata. También enseñé en esos viajes en la Universidad de Buenos Aires. Tuve una relación también muy estrecha con la realidad argentina, que es lo que motiva mi dedicación a la economía. Mi enfoque desde siempre está en contribuir a resolver los problemas de la economía argentina. También tuve el privilegio de mantener unos canales de diálogo muy valiosos durante todos estos años. Participé muy activamente de lo que era el pensar la economía argentina. En cuanto a mi experiencia en los Estados Unidos, es correcto que hice una carrera académica pero en los últimos siete u ocho años también estuve involucrado en temas que tienen que ver con la práctica concreta del pensar las políticas económicas. Parte de lo que hacía en la Universidad de Columbia fue formar parte de un instituto pensado específicamente para dialogar sobre las políticas económicas. Por supuesto que esa experiencia fue enriquecedora para pensar políticas también en los años previos, por más que no estuviese directamente en un cargo ejecutivo que tuviera influencia en la política económica. Todo ese bagaje me sirve mucho a efectos del día a día aquí de este rol.
—Cuando Fernando Henrique Cardoso, el presidente brasileño que quizás fue el padre de la transición democrática de aquel país, llegó al poder, también venía del ámbito académico. Había vivido en el exilio trabajando de profesor, y les hizo un pedido a los periodistas: “Olvídense de mis libros”. Y agregó: “Era la obra de un académico; ahora me toca gobernar”. ¿Te pasó lo mismo? ¿Es verdad que hay un abismo entre el análisis académico y la gestión política económica?
"En cuanto a mi experiencia en los Estados Unidos, es correcto que hice una carrera académica pero en los últimos siete u ocho años también estuve involucrado en temas que tienen que ver con la práctica concreta del pensar las políticas económicas. Parte de lo que hacía en la Universidad de Columbia fue formar parte de un instituto pensado específicamente para dialogar sobre las políticas económicas".
—El saber siempre vale. Tener una visión definida sobre cuál es el rumbo que se busca, cómo funciona la economía que subyace a los problemas que uno busca resolver. Todo eso no puede no ser bueno. Tener un marco para pensar de forma articulada la política económica es algo que ayuda. No diría que hay que abandonar los libros, para nada. Pero es real que inmediatamente que asumimos nos enfocamos en problemas bien concretos, hay que resolverlos a otra velocidad. Los tiempos de la política económica son distintos que los tiempos de la academia. Todo el mundo es consciente de ello. Hay que saber utilizar las herramientas adquiridas en el tiempo de una forma responsable y sensata para resolver los problemas concretos de la realidad. Esas problemáticas afectan a la vida de millones y millones de personas en el país. Afecta a cómo las familias crecen, al ambiente que enfrentan en Argentina las chicas y los chicos para desarrollar sus vidas. Eso es lo que nos ocupa hoy.
—Hay ventajas y desventajas en “ser un extranjero en el país” para conducir la economía. Algo que atañe a cuestiones como el vínculo con los empresarios, vicios de mirada. Hay un famoso libro que se llamó “El maestro ignorante”, de Jacques Rancière. Llegar sin la inercia puede permitir captar cosas que dentro del sistema no se perciben.
—Pero yo estaba totalmente vinculado, pasaba tiempo aquí en la Argentina. Es cierto que la relación con la clase empresarial argentina no es un vínculo que desarrollé previamente. Ese canal de diálogo se empieza a forjar conmigo ya como ministro de Economía.
—¿Conocías a Jorge Brito, Paolo Rocca, Pagani, Eduardo Eurnekian, Alejandro Marco Bulgheroni, por ejemplo?
—No. A ninguno de ellos.
—Hay empresarios sorprendidos porque dicen que no abriste la boca en la reunión del Presidente con ellos la semana pasada en Olivos. ¿Estás construyendo un vínculo con el sector empresarial?
A los que lo acusan de inexperto les contesta que "Habría que definir qué significa eso. Tengo preocupaciones concretas sobre realidades concretas. Es cierto que estuve durante unos años estudiando y luego enseñando en los Estados Unidos, sin perder el vínculo con la Argentina. Pero siempre con motivaciones que tienen que ver con la realidad argentina".
—Del lado del Gobierno, nadie más que el Presidente abrió la boca en ese encuentro. Era un diálogo del Presidente acompañado de sus ministros, no todos, y un grupo de empresarios. Pero tuve oportunidad de dialogar con empresarios influyentes aquí en la Argentina. Antes del coronavirus se había dado la posibilidad de tener dos almuerzos con grupos empresariales. La idea era continuar con esa agenda. Luego vino el coronavirus e hicimos un conjunto de charlas por Zoom. Que todas las partes escuchen es de muchísimo valor para que cada una de ellas entienda lo que se está viendo y pensar cómo resolver problemas concretos de la economía argentina.
—Algunos dicen: “Martín Guzmán da cátedra, pero no dialoga”. ¿Tenés una tendencia a exponer como un profesor universitario en los encuentros y a explicar la realidad de una manera sinóptica?
—Uno intenta ser claro y pedagógico, pero siempre es esencial el diálogo. Creo que en todas las instancias hubo un ida y vuelta valioso. Esperamos que continúe.
—¿Miguel Galuccio te armó un Zoom con empresarios? También fuiste a visitar luego una fábrica de calzados en Mataderos. ¿Es parte del proceso de toma de contacto con la economía real?
—Esa toma de contacto con la economía real existe desde hace tiempo. Lo que pasa es que esas cosas no se ven. Ya tenía un contacto directo con la economía real.
—Para concluir esta parte, ¿qué les responderías a los que dicen que sos inexperto?
—Habría que definir qué significa eso. Tengo preocupaciones concretas sobre realidades concretas. Es cierto que estuve durante unos años estudiando y luego enseñando en los Estados Unidos, sin perder el vínculo con la Argentina. Pero siempre con motivaciones que tienen que ver con la realidad argentina. Es lo que buscamos resolver hoy en un contexto de restricciones muy duras. El país ya venía de una crisis macroeconómica profunda. A eso se le sumó el coronavirus. Pensamos que hemos actuado en forma rápida y decisiva, desde el frente de la política económica. Es lo que continuaremos haciendo, buscando tranquilizar la economía y darle condiciones para encauzarse en un sendero de desarrollo virtuoso.
Mirá la entrevista completa aquí: Martín Guzman en "Periodismo Puro".