PERIODISMO PURO

Marcelo Longobardi: "Soy mucho más progresista que hace 15 años"

Amante del orden y las proporciones, afirma que los años lo tornaron más moderado y progresista.

Marcelo Longobardi, en la entrevista con Jorge Fontevecchia.
Marcelo Longobardi, en la entrevista con Jorge Fontevecchia. | Marcelo Dubini

—Hay una frase que le atribuyen a Roberto De Vicenzo: “Tengo más suerte cuanto más practico”. Vos sos golfista y sabés de qué habla.

—La frase pertenece a Gary Player, un gran deportista sudafricano. De Vicenzo solía repetirla. Tuve suerte cuando me crucé con Fernando Marín. Cuando me crucé con Horacio Larrosa. En conocer a Alejandro Romay cuando era muy joven. También cuando me buscó la CNN. Lo mismo con el rating de la radio. Llevo o llevé 262 meses de liderazgo total sin perder un solo mes por mucha distancia con el segundo. Es cierto que hubo trabajo y mucho esfuerzo, sacrificio y disciplina.

—¿Y cómo te llevás con el orden?

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El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
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—Soy ordenado.

—¿Te molesta el desorden?

—Mucho. Soy ordenado y simétrico. Alguien que sepa de psicología como vos sabrá interpretarlo. El desorden me resulta un poco perturbador. Como a mí me cuesta mucho trabajo lo que hago, hice un gran esfuerzo. Entiendo que carezco de condiciones naturales para hacerlo. Veo a Carlos Pagni y me pregunto cómo habla este tipo sin mirar un papel durante sesenta minutos. No tengo ese don ni ese talento. Hice un gran sacrificio personal de disciplina y esfuerzo. Para eso necesité orden. Orden en los horarios, en los modos de trabajar, en lo físico.

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—Fijate qué paradoja. Te aburre la repetición, que sería el orden llevado al extremo, casi letal, pero también tenés una relación particular con lo imprevisto.

—Es nueva. Mi relación con lo imprevisible es nueva. Es la primera vez en mi vida que decido enfrentarme a lo imprevisible. En su momento, lo decidieron otros. Como cuando me echaron del colegio o cuando me echaron de Radio 10.

—Cuando te entrevisté para el libro “Periodismo y verdad”, hace ya cuatro o cinco años, ante la pregunta sobre la verdad, tu respuesta fue que ponías más énfasis en el punto de vista. Lo recordé al escuchar tu despedida, en la que marcaste lo mismo. Esto se engancha con bueno, verdadero y bello. Quizá no hay una verdad, pero entre las posibles, elegís en un punto de vista algo que es lo que a vos te parece bello y bueno. Que es verdadero lo que a vos te parece bueno y bello, independientemente de las evidencias.

—El periodismo relacionado con la búsqueda de la verdad es el que hace, por ejemplo, Hugo Alconada Mon o lo que hizo en su momento Jorge Lanata, o la revista Noticias con investigaciones. O lo que hace Nico Wiñazki. Tipos que van a buscar la verdad, que buscan un papel, un número, un dato. Diego Cabot es otro. No todos hacemos ese trabajo. Yo no soy bueno para eso. A mí siempre me interesó más la discusión, el punto de vista. Nuestro programa, en las dos radios en que estuve, ofreció un punto de vista bastante coherente. Fui cambiando también de punto de vista y me enorgullezco de eso. Hay que ser un idiota para no cambiar. Hoy soy mucho más flexible, plástico, heterogéneo, diverso, de lo que era hace tres años y ni te cuento respecto de hace 15.

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—Robert Nozik planteaba que riqueza es diversidad en armonía. La consistencia monocolor es muy fácil.

—No defiendo una doctrina religiosa. Manejo el mundo de los puntos de vista y cambié mucho. Soy mucho más progresista que hace 15 años. Escucho a Javier Milei, con cuyas ideas me involucré mucho hace cuarenta años, y hoy me resulta literalmente un lunático. Creo dramáticamente en los consensos.

—Hiciste el camino inverso de esa clásica figura de que si uno no es socialista de joven, no tiene corazón, y si uno no es conservador de grande, no tiene cerebro.

—Claramente no soy socialista, pero si tuviera que elegir qué clase de procesos políticos me resultan más atractivos, diría que son los de centroizquierda inteligentes.

—¿Verías mejor a Raúl Alfonsín que en su momento?

—Definitivamente sí. Y a Felipe González. y Tony Blair.