PERIODISMO PURO
Pandemia de coronavirus

Roberto Chuit con Fontevecchia desarma las teorías conspirativas sobre el coronavirus

Entrevistado por el CEO de Perfil Network, el director del Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de Argentina habló sobre los murciélagos, roedores y la manipulación genética.

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JOVENES: “Que no fallezca gente joven no quiere decir que mucha de esta gente no necesite atención especializada o con tecnología para poder sobrevivir”. | Juan Obregón.

El director del Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de Argentina, Roberto Chuitentrevistado por el CEO de Perfil Network, Jorge Fontevecchia, en un nuevo programa del ciclo Periodismo Puro que se emitió por Net TV, analizó todas las teorías conspirativas sobre la creación e la pandemia mundial del coroanvirus.

Chuit, que también es directivo de la Academia Nacional de Medicina, hizo referencia a la posibilidad de que una "manipulación genética" se salga de control en un laboratorio y produzca una pandemia. "En general, es factible. Pero cada vez hay más medidas de bioseguridad en los laboratorios para evitar que existan escapes". Y también contó una experiencia personal: "Cuando trabajé en la Universidad de Yale había un laboratorio de arbovirosis, que son las asociadas al dengue entre otras. Se produjo un accidente de laboratorio y hubo un escape. Pero son situaciones muy contadas y están siendo cada vez más reguladas y vigiladas por los sistemas internacionales".

Roberto Chuit: "Es una enfermedad para tener cuidado, pero no para paralizarse"

"La curiosidad científica muchas veces lleva a que se produzcan saltos o que se efectúen acciones que pueden llegar a ponernos en peligro. La ética de la investigación dice que no todo es justificable para conseguir un resultado", señaló.

El exministro de Salud de Córdoba y experto en epidemiología y salud también habló sobre los murciélagos, los roedores y el consumo de animales exóticos. En esa línea, aseguró que los virus del SARS y el COVID-19 "están asociados a murciélagos".

—Hay hipótesis paranoicas que afirman que el virus pudo haber sido creado en un laboratorio de Wuhan y se escapó. Estaría probado que no, que se trata de un virus que se produjo de forma natural. Pero ¿sería posible que en el futuro en la búsqueda de soluciones al virus se puedan construir virus que tengan este grado de letalidad como el Covid-19?

—Todo es posible. El tema de tu pregunta está planteado en un trabajo publicado en 2017 al que no se le prestó mucho interés. Ese trabajo no aludía a un desarrollo como sugirieron después distintas ideas, sino que planteaba que si la población de China seguía manteniendo estos mecanismos de alimentación del ciclo salvaje hacia los humanos podrían producirse mutaciones o elementos que saltaran de especie. Lo que siempre estuvo en la fantasía para el desarrollo de lo que es la guerra biológica. Históricamente, se creía que el CDC, el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos, o el agente de Canadá, tenían unidades especiales que investigaban estos nuevos virus que salían porque querían descubrir medicamentos o elementos que permitieran tratar o controlar estos procesos para el caso de que fueran utilizados en una guerra biológica. En el caso de nuestro virus, el de fiebre hemorrágica argentina, detectado finalmente en la década del 60, la vacuna finalmente fue desarrollada por el Instituto Walter Rick de los Estados Unidos, pero más que por un apoyo para Argentina fue para buscar un tratamiento para sus tropas en el caso de que este virus fuera utilizado. La manipulación genética de estos procesos siempre está y siempre es un riesgo. De ahí que todos estos comités de ética o de ética de la investigación están siendo cada vez más estrictos limitando más estos procesos de lo que se llamaría manipulación o de cambios de códigos genéticos de las distintas especies, pero sí es siempre un riesgo.

"Evaluamos cómo las distintas acciones que se toman inciden en la evolución o no de las distintas enfermedades".

—La investigación publicada en el “Clinical Microbiology Reviews” en el año 2007 decía: “El rápido crecimiento económico en el sur de China ha llevado a una demanda creciente de proteínas animales, incluida la de animales de caza exóticos como las civetas; grandes cantidades de variedades de estos mamíferos salvajes en jaulas superpobladas y la falta de medidas de bioseguridad en los mercados permitieron el salto de este nuevo tipo de virus que pasan de animales a humanos y que entonces los estudios se empezaron a dar, casualmente, con los murciélagos, los hallazgos de que los murciélagos de herradura son un reservorio natural del virus similar al SARS y que las civetas son un anfitrión de la amplificación destacan la importancia de la vida silvestre y la bioseguridad en las granjas”. Planteaban también que los animales salvajes padecían estrés cuando estaban en jaulas, lo que aumentaba el nivel de contagio, tanto por su orina, por sus heces o por su saliva, y que todas estas condiciones colocaban a la zona del sur de China como un lugar lógico para que se produjese lo que ahora se conoce como coronavirus.

—Muchísimos trabajos plantean alertas sobre estas cuestiones del cuidado del hombre con respecto a lo que pueden ser estas construcciones de alimentación o de meterse en áreas que no le son comunes. Pero dependiendo de la intencionalidad que se le dé a la lectura, uno puede plantearse que hubo una manipulación. Hay un autor que invitó a un grupo de investigadores a dar un alerta de lo que ellos vieron y de lo que podría suceder.

—La televisión italiana, hace dos años, a partir de un artículo de “Nature” dijo que científicos chinos probaban crear un supervirus pulmonar para motivos de estudio en la búsqueda de la cura del SARS insertando en ratones una proteína procedente de murciélagos junto al virus del SARS provocando una pulmonía aguda en ratones. Ya se explicó que eso no generó el Covid-19, pero mi pregunta es si este tipo de estudios pueden por error producir un virus que se salga del control del laboratorio.

—En general, es factible. Pero cada vez hay más medidas de bioseguridad en los laboratorios para evitar que existan escapes. Cuando trabajé en la Universidad de Yale había un laboratorio de arbovirosis, que son las asociadas al dengue entre otras. Se produjo un accidente de laboratorio y hubo un escape. Pero son situaciones muy contadas y están siendo cada vez más reguladas y vigiladas por los sistemas internacionales.

—El argumento que utilizó la revista “Nature” es que en 2013, en Holanda, un grupo tomó el virus de la gripe española de algunos cadáveres conservados durante un siglo en Alaska por las bajas temperaturas, que fue modificado, se le agregaron fragmentos de genoma que los modulaban con el objetivo de entender por qué aquella pandemia había sido tan mortal y tratar de encontrar antídotos para que no se vuelva a producir. ¿Es algo que se hace continuamente?

—Se hace permanentemente. Pero, por ejemplo, en el caso del virus de la viruela, que es letal y sería letal para nosotros porque no tenemos ninguna inmunidad, la Organización Mundial de la Salud durante muchos años estuvo trabajando para que no existieran remanentes de ese virus, de la viruela, en el mundo, excepto en algunos lugares donde estaba bajo la supervisión de la Organización Mundial de la Salud. ¿Qué quiero decir? La curiosidad científica muchas veces lleva a que se produzcan saltos o que se efectúen acciones que pueden llegar a ponernos en peligro. La ética de la investigación dice que no todo es justificable para conseguir un resultado. Como humanidad tenemos que ser muy cuidadosos en cuanto a procesos de manipulación. Pero en lo específico de tu pregunta, sí están estas condiciones y hay investigadores que trabajan en distintas condiciones y con distintos patógenos.

“Lo que sucede en Italia es que se produjo un número importante de casos en un tiempo muy concentrado.”

—De hecho en Francia en este momento hay una polémica porque el ISEM, el Instituto Nacional de Investigaciones de Salud y Medicina, participaba en los estudios en el laboratorio del centro de control y prevención de enfermedades en Wuhan. O sea que en la propia Wuhan estaban estudiando, independientemente de que el virus no haya salido de un laboratorio de Wuhan.

—Así es.

—¿Qué tienen los murciélagos que hace que tanto el virus del SARS como el del Covid se originen en ellos?

—Están asociados a murciélagos. Muchos de estos virus o parásitos tienen receptores específicos y que hacen efectores específicos a determinadas especies. Eso implica que puede afectar a una determinada especie sin que se produzca el salto a los humanos. Lo que se ve es que hay algunos receptores en algunas condiciones que son compartidos por diferentes especies. A partir de esas circunstancias es que se dan saltos adaptativos entre o interespecies. Es el caso del ébola. Saltó de una especie que no era común y afectó a una cantidad de población. Lo mismo sucede con el Marburgo. Hay una cantidad de agentes patógenos que producen saltos. Este es el primero que al hacer un salto tan importante afectó a tanta cantidad de población, fue el único que puso al mundo en jaque o en alerta. El SARS y los otros virus son muy limitados. El ébola generó conflictos en la parte central de Africa, por ejemplo.

—El virus de Nipah en Bangladesh, que causaba enfermedad respiratoria aguda y encefalitis mortal, también tuvo que ver con la orina de los murciélagos. Las personas se infectaban cuando consumían determinados frutos crudos.

—Es la especie más ampliamente distribuida. También tiene extensas distribuciones territoriales. Más no sé. Me manejo más por los receptores o los que pueden estar asociados interespecie o intercondiciones de las poblaciones. Si tomamos la orina como medio de transmisión, tenemos un ejemplo aquí, es el de los roedores del hantavirus, que contamina superficies. A partir de esa superficie es que infectamos. Otra enfermedad que viene desde Asia. Lo que está ligado a lo humano también de las regiones del Asia. Lo que liga a nuestra vida cotidiana es que deberíamos ser más cuidadosos en cuanto a lo que es el desarrollo de nuestra actividad.

“Más de un 50% de la población de algunos países fue impactada por el virus.”

—Los animales más pequeños, como los ratones, tienen un ritmo cardíaco más acelerado y un metabolismo más rápido. Por eso suelen tener una vida más corta, mientras que los animales más grandes, de ritmo cardíaco y metabolismo más lento, duran muchos años más. Vulgarmente se podría decir que un murciélago es un ratón volador, pero llega a vivir hasta cuarenta años y desarrolla una capacidad de resistencia especial. ¿Por eso pueden ser portadores de virus que en ellos no generan efectos mortales y sí en otras especies?

—Así es. La rabia paresiante, que es producida por otro virus, también está asociada a murciélagos. El murciélago es un vector que está muy distribuido y que funciona como receptor de muchos virus. Más que un transmisor es un “portador de”. Al ser consumido, infecta a través de sus efluvios. La rabia también es transmitida a los perros por comer un murciélago.

—Como el murciélago es el único mamífero volador, eleva su tasa de metabolismo al volar hasta niveles que llegan al doble del que logran otros roedores de similar tamaño al correr. En general, esa actividad física exigente, que provoca una aceleración notable del metabolismo, lleva a “un daño de tejidos por la acumulación de moléculas reactivas, principalmente radicales libres”, explicó “Science Daily”. ¿El murciélago es el animal que transmite la mayor cantidad de virus?

—Está asociado a varias enfermedades.

—¿No debería ser parte de una política de salud pública combatirlos?

—El murciélago como especie también es necesaria. Al ser un depredador y alimentarse de insectos, consume a otras. El punto está en cómo logramos un equilibrio entre las especies. Si eliminamos al murciélago tendremos el crecimiento de otra especie que tal vez hoy no es un problema pero puede serlo en un futuro. El murciélago está, transmite ciertas enfermedades; pero si nosotros tomamos el cuidado pertinente, no nos alimentamos de él o no hacemos una vida asociada a estos animales, es necesario. Debemos trabajarlo. No creo que la desaparición de una especie solucione el problema sino que nos va a acarrear otras dificultades. Por ejemplo, en ciertas cuevas o lugares escondidos hay murciélagos donde otros vectores se están alimentando de la sangre de estos roedores y les permite sobrevivir.

“Parecería que la posibilidad de morir se duplica a cada decena etaria.”

—Me refería a reducir la cantidad de murciélagos.

—Entre reducir la cantidad y eliminarlos definitivamente hay un camino muy pequeño.

—La Organización Mundial de la Salud recomienda no usar barbijos, mientras hay otras instituciones prestigiosas que sí lo recomiendan. ¿Cuál es tu posición al respecto?

—Mi posición particular no institucional es que el barbijo es una buena estructura de protección. Es un tema vinculado a la educación. A una persona inmunosuprimida, como un trasplantado, por ejemplo, le decimos como profesionales que use el barbijo como protección en los procesos de circulación. Al existir un altísimo número de personas que están transmitiendo, el barbijo impide que se siga precisamente transmitiendo. De todos los que se infectan, solo 20% va a presentar síntomas que requieran una atención de salud importante. De esos, un 5% va a tener formas graves de la enfermedad. El resto solo tendrá un malestar muy simple que no detectaremos, pero igual va a estar transmitiendo el virus. En ese contexto, el barbijo sería una barrera para el corte de este proceso de la transmisión.

“Para salir de la cuarentena horizontal se necesita un sistema de vigilancia que permita detectar casos.”

—Por ejemplo, ¿para utilizar en algunas circunstancias en una eventual segunda fase de cuarentena vertical?

—Sí, porque limito la transmisibilidad del virus, pero ese barbijo debe ser lavado con agua y jabón. Hay personas que se confían y lo tocan igual. El CDS lo estaría proponiendo para algunas regiones de Estados Unidos.

—¿Qué recomendación final te gustaría hacer a la población?

—Esta es una enfermedad con la cual hay que tener cuidado, pero no paralizarse. No hay que angustiarse, las medidas que se están tomando hasta el momento están siendo efectivas. Podemos decir de que hay una luz al final del túnel, y lo más importante para controlar esta enfermedad es el distanciamiento social, no pegarnos a las personas dentro de lo posible, lavarnos las manos con agua y jabón. Si no hay agua y jabón, alcohol en gel. Con esas medidas es más que suficiente. Wuhan ha mostrado que en el caso de que nos cruzáramos por la calle y hablásemos dos palabras, parecería que el riesgo de transmisión es muy bajo. Lo que se dice es que tenés que estar más de 10 minutos en interrelación con una persona con el virus para que puedas infectarte. Y otro tema especial es cuidar los sistemas de salud. Entre el 3% y el 10% de los equipos de salud se infectan con el coronavirus mientras están atendiendo.