No fueron los únicos casos, pero sí los que más repercusión tuvieron. El surfer de la Panamericana, el preparador físico que atacó a golpes a un guardia de seguridad en Olivos y el chico que propagó el virus en una fiesta de 15 años deberán enfrentar a la Justicia por distintos delitos.
A un año del decreto que dispuso el aislamiento, social, preventivo y obligatorio (ASPO), muchas de estas causas están en proceso de juicio y otras ya fueron resueltas, como el caso del empresario gastronómico que violó la cuarentena 14 veces en Rosario y terminó condenado en un juicio abreviado (ver aparte).
El 24 de marzo de 2020, Federico Llamas, el surfer de 28 años, fue interceptado en un control de Gendarmería cuando regresaba de sus vacaciones en Brasil a bordo de su camioneta 4x4.
Los distintos medios de prensa que estaban cubriendo el operativo se acercaron cuando advirtieron que el joven llevaba dos tablas de surf en el techo de su vehículo y parecía vivir en una realidad muy distinta al del resto de los argentinos.
Llamas les pidió distancia a los periodistas y mantuvo con ellos un fuerte cruce por la cuarentena. Enseguida se hizo viral. “Vengo de vacaciones querida, ¿vos dónde te vas de vacaciones? ¿a Miami? Yo no me puedo ir a Miami, me tengo que agarrar el auto e irme de vacaciones acá a Brasil. Yo me fui el 8 de marzo de vacaciones”, le dijo a una movilera.
El surfer estaba molesto y en un momento les pidió que respetaran la distancia de al menos un metro. “Acá estamos en cuarentena todos, muchachos. Ustedes están hablando a medio metro. El muchacho tiene barbijo, ustedes ninguno tiene. Ahora, chicos, para mí no están cumpliendo una mierda porque están todos juntos”, inició.
En ese momento, recibió la respuesta de un movilero del Canal 9: “El que no está cumpliendo es usted”. “Sí, yo estoy cumpliendo, querido, me estoy yendo a hacer la cuarentena. ¿Y vos, cuarentena acá? ¿Qué cuarentena estás haciendo? ¿De dónde sos vos? ¿Del 9?”, contraatacó.
Llamas continuó camino horas después pero escoltado por personal de Gendarmería hasta el domicilio que figuraba en su DNI, en el pasaje Fabre al 1100 del barrio porteño de Flores. Allí debía realizar cuarentena obligatoria. Pero, el surfer desobedeció esa disposición. Primero se fue hasta la casa de su padre, en un country de Canning, y luego viajó hasta la casa de su madre en la localidad balnearia de Ostende, donde lo denunciaron los vecinos, lo encontró la policía y quedó unos días bajo arresto domiciliario.
Su actitud despertó una enorme indignación al punto que hasta el presidente de la Nación, Alberto Fernández, habló de este caso: “Vimos a un idiota que se escapó de su casa y parece que apareció en Ostende. Esos personajes, la verdad, van a tener que explicarle mucho a la sociedad argentina la desaprensión para con el otro”, aseguró en su momento el primer mandatario.
A las piñas. El caso del personal trainer es similar, pero como además de violar la cuarentena atacó a golpes a un empleado de seguridad, sumó una imputación extra por “lesiones y amenazas”.
Miguel Ángel Paz (41) reaccionó violentamente el 14 de marzo del año pasado cuando se enteró que el guardia de su edificio, ubicado en la calle Rosales al 2700, en la localidad bonaerense de Olivos, lo había denunciado por no respetar la cuarentena.
El video del ataque llegó a las redes y automáticamente se viralizó. Paz debía permanecer aislado en su departamento durante 14 días porque había regresado de Estados Unidos, pero supuestamente no cumplió con la disposición.
Tanto Llamas como Paz fueron procesados por el juez federal Nº 2 de San Isidro, Lino Mirabelli, acusados por “infracción al artículo 205 del Código Penal”, que prevé una condena de seis meses a dos años de prisión a quien “violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia”.
Ambas causas están a la espera de juicio y, lo más probable, es que se resuelvan con juicios abreviados y penas en suspenso.
Según fuentes judiciales, la defensa del prepador físico pidió una probation por el tema de las lesiones, pero el fiscal Martín Gómez, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Descentralizada de Vicente López Este, rechazó el planteo. Todo indica que será sometido a un juicio abreviado.
Fiesta covid-19. En otra instancia se encuentra el caso de Eric Torales, el joven de 26 años que fue a una fiesta de 15 años contagiado de coronavirus, apenas regresó de Estados Unidos el 14 de marzo de 2020.
La fiscalía federal de Morón pidió enviarlo a juicio por el delito de “propagación culposa de una enfermedad peligrosa y contagiosa” agravado por “haber resultado en enfermedad y muerte”, que prevé una condena de hasta cinco años de prisión. En la fiesta se contagiaron 19 personas, entre ellas su abuelo que murió.
Para el fiscal federal Santiago Marquevich, Torales violó la cuarentena obligatoria que regía en ese momento para viajeros que regresaban de Estados Unidos cuando fue al festejo de cumpleaños.
El empresario condenado a pagar 1.800 viandas
El nombre del empresario gastronómico Roberto Daniel Dutra no cobró notoriedad por su trabajo, sino porque quebrantó catorce veces la cuarentena en la ciudad de Rosario.
Dutra no respetó el aislamiento que debía cumplir porque su mujer había regresado de Estados Unidos. Lo detuvieron dos veces y en la última oportunidad recuperó su libertad después de pagar una fianza de un millón de pesos.
Para la Justicia, el empresario violó la restricción impuesta por el gobierno nacional para impedir la propagación de la pandemia covid-19 y lo condenó a cumplir una probation por el término de un año.
El empresario se comprometió a entregar 1.800 viandas de comida al Arzobispado de Rosario, depositar 200 mil pesos a efectores de salud pública y no consumir estupefacientes y/o abusar de bebidas alcohólicas. En el fallo, que fue dictado el año pasado, la jueza dispuso la devolución de la fianza que Dutra había depositado en su momento, cuando quedó imputado.