El pasado miércoles 11 de marzo por la noche en el cruce de Ibarrola y la Colectora General Paz, la Policía de la Ciudad encontró a dos nenas de 2 y 4 años, mientras sus padres, ahora detenidos, intentaban huir del lugar, luego de abandonarlas. Ambas niñas fueron trasladadas a un hospital para su evaluación médica.
Cerca de las 20:00, los efectivos de la comisaría vecinal 9 B realizaban un patrullaje y detectaron a una mujer que corría alejándose del lugar. Ante las preguntas de los policías sobre qué ocurría, la joven, visiblemente nerviosa, respondió con evasivas. A pocos metros, encontraron a las dos niñas, quienes estaban al desamparo sobre el parque de la General Paz.
La mayor de ellas les contó a los uniformados que la mujer, de 21 años, era su mamá. Ante ese escenario, la madre se justificó y dijo que no podía hacerse cargo de las pequeñas y que por eso había decidido abandonarlas, según informaron fuentes de la policía de la ciudad a La Nación. En ese momento, apareció el padre (28) de las criaturas y confesó al igual que la mujer, que no podían hacerse cargo de las nenas.
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A continuación, los oficiales procedieron a contener a las niñas con personal policial femenino hasta la llegada de una ambulancia de SAME, que finalmente trasladó a las nenas al Hospital Santojanni, donde se constató el estado de salud general. Según informaron, ambas estaban bien y sin ningún indicio de abuso.
Por su lado, la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas Nro. 40 a cargo del Dr. Matías Michienzi, secretaría de la Dra. Ana Kuchenmeinster, dispuso la detención de los padres, quienes además fueron imputados por abandono de persona agravado por el vínculo. A su vez, la fiscalía dio intervención al Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes para evaluar el futuro de las menores.
La salud de las niñas abandonadas
Tras la intervención policial, Sol Quintas fue la médica que atendió a las niñas. “Se las ve bien, pasaron buena noche, están alimentadas, están judicializadas. Van a quedarse en el área de internación de Pediatría hasta que el juez disponga su destino. Están distraídas, fascinadas con los dibujitos que hay en el área de internación, no son muy conscientes por la edad de lo que sucede, pero no las veo angustiadas”, describió la médica en LN+.
A su vez, la profesional detalló que cuando las vio “estaban muertas de hambre y de sed”, pero clínicamente las vio estables: “Ni deshidratadas, ni con escoriaciones, ni con ningún golpe. Sí estaban con descuido de aseo. Después tuvieron una revisación más exhaustiva en Pediatría”.
“Me dijeron que vivían con la abuela y que ella no quería que la mamá fuese porque ‘mamá toma mucha cerveza’. Cuando yo llegué, estaban detenidos los padres y las nenas siendo alimentadas en otro lugar, nadie tenía el DNI de ellas y no se lo acordaban. Aparentemente, la madre había tirado la mochila de la más grande, que luego la Policía halló. Encontré el cuaderno de la nena del jardín y pude ver contactos de teléfonos, que se los pasé a una asistente social en el hospital”, indicó Quintas.
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Luego, la abuela de las nenas llegó al Hospital y, si bien la médica las vio tranquilas con su abuela, cree que la señora “desconoce la situación judicial que se va a desenlazar”. “Dijo que se iba a volver a la casa con ellas en un rato y yo le dije que a eso lo iba a disponer el juez”, relató. “Noto que se puede hacer cargo de las nenas, relata bien las cosas y es consciente de la enfermedad de su hija. Me dijo que [la madre de las niñas y su hija] tomaba, que quería conseguir un psiquiatra o una psicóloga y que no lo pudo lograr”, dijo.
Lamentablemente, la profesional destacó que tienen un promedio de tres o cuatro casos por año de este tipo y, como conclusión, agregó: “Tuvo un final relativamente feliz porque estaban por cruzar la General Paz y la más chiquita tiene un año y medio, era una situación de extremo peligro”.
CFT CP
