Gabriela Parra quería ponerle fin a un sistemático acoso por parte de un conocido. Optó por reunirse con él en un bar céntrico del barrio porteño de Caballito y a las cinco de la tarde para sentirse más segura. A pesar de que el local estaba lleno de gente, Alejandro Bajeneta tenía la decisión tomada: la acuchilló hasta dejarla sin respiración. Chiara, de 14 años, fue a visitar a su novio, de 16, para conversar sobre su embarazo. Pero el chico comenzó a golpearla hasta matarla. Después, la enterró en un pozo que aparentemente él mismo cavó en el fondo de su casa. La cordobesa Eugenia Lanzetti estaba con sus alumnos de un jardín de infantes cuando su ex marido la asesinó delante de los pequeños. Estos son apenas tres casos de una seguidilla de femicidios salvajes que despertó un alerta en la sociedad y dejó en evidencia la crueldad con que se le pone fin a la vida de una mujer.
Especialistas consultados por PERFIL explican el contexto de estos casos que muestran un aumento alarmante en la violencia y agresividad contra la mujer.
Los profesionales coinciden en que los hombres violentos consideran a la mujer una “cosa” que “pueden eliminar cuando lo desean”. Falencias en la educación, la persistencia de una cultura machista y la lucha razonable de la mujer por independizarse en una sociedad que creció bajo la creencia de que el hombre es “quien tiene el poder y la mujer, la subordinada” se plantean como fenómenos que buscan entender el incremento de estos crímenes.
¿Cómo es la mente de un femicida? “Para ellos, la mujer es el foco central y exclusivo de su ira. Sus ataques están marcados por comportamientos que son físicamente lesivos y se dirigen a degradar, humillar y rebajar a sus víctimas. La evidente ira misógina en estos ataques cubre el rango completo de abuso verbal y homicidio brutal”, explica la licenciada en criminología Olga Fernández Chávez. Mientras que el médico psiquiatra y perito forense Miguel Maldonado agrega que “también hay rasgos psicopáticos en esas conductas masculinas, que cuando se exacerban llegan a las agresiones más brutales o terminan con la vida de las pobres víctimas. Quemadas, acuchilladas, masacradas a golpes o con disparos de armas de fuego, los agresores no se frenan ni se arrepienten”.
Miguel Maldonado sostiene que “estos hombres exhiben, sin ambages, una mente distorsionada por una mala o deficiente educación, y una herencia cultural muchas veces ‘machista’ e incapaz de comprender el rol trascendente de la mujer en la humanidad asociado a una independencia feminista”.
Vidas. El año pasado se registraron 277 femicidios en todo el país, según estadísticas de la Casa del Encuentro. Pero hay ocasiones en que estos hombres violentos buscan hacerles daño a sus parejas atacando a sus propios hijos. Hace dos semanas, Juan Carlos Romero estrelló el auto en el que viajaba con sus hijos mellizos de 7 años como venganza hacia su mujer (se lo conoce como femicidio vinculado). El objetivo era que murieran los tres, pero el hombre y uno de los chicos sobrevivieron. No importa cuál sea el método, el objetivo es mostrar el poder del hombre por sobre la mujer. Y hoy los ataques no se ocultan y pasaron a la esfera pública: 15 femicidios se produjeron en la vía pública en los últimos 16 meses, según la organización. “Todos los femicidios tienen un grado de crueldad extrema”, analiza Fabiana Túñez, integrante de la ONG. “Tal vez lo impactante de estos últimos hechos es que generaron una sensación de hartazgo en la sociedad, que se levantó y dijo: ‘Basta de matar mujeres’. El femicidio dejó de entenderse como algo que pasa en el ámbito privado y hoy se lo sociabiliza”.
“Los últimos casos que se conocieron nos muestran claramente que la violencia contra la mujer está instalada en la sociedad argentina -sentencia Maldonado- y aumenta en frecuencia y agresividad”.
Se denuncian 168 ataques por hora
Un promedio de 168 casos de violencia de género son denunciados por hora a la línea de emergencias 911, la herramienta que mayor cantidad de episodios recibe junto con la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema y la Línea 144 para la Prevención de la Violencia de Género.
Los casos de violencia de género se denuncian cada vez más. El 911 es la herramienta que mayor cantidad de episodios recibe, a los que se suman los denunciados ante la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema y la Línea 144 para la Prevención de la Violencia de Género. Entre los tres, cada hora se recepcionan 168 casos por hora, según un informe que publicó el Diario Popular.
Tras el asesinato de Chiara Páez, la joven embarazada de Rufino que tenía 14 años, se organizó una marcha al Congreso para el próximo 3 de junio a las 17 horas. La consigna es clara: “Ni una menos”.