El crimen de Diana Sacayán aún no está resuelto, pero los investigadores tienen certeza sobre el móvil: fue un crimen de odio.
Fuentes del caso indicaron a PERFIL que el titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción Nº 4, Matías Di Lello y su par de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), Mariela Labozetta, trabajan en dos hipótesis, ambas vinculadas a la identidad de género de la activista por los Derechos Humanos. Por esa razón, la causa sigue el protocolo de la “Guía de Actuación para las Fuerzas Policiales y de Seguridad Federales para la Investigación de Femicidios en el lugar del hallazgo”.
Los voceros señalaron que no existen testigos en el expediente que hayan dado cuenta de gritos o la visita de un hombre, sin embargo, destacaron que en las últimas horas el fiscal Di Lello le tomó declaración a personas del entorno de Sacayán para determinar o descartar si el homicida se encuentra entre sus amigos o familiares. No hay dudas de que la víctima conocía al asesino debido a que la puerta está forzada, pero del lado de adentro.
Creen que el autor del crimen no encontró las llaves luego de matarla por lo que debió romper la cerradura para salir del departamento de Flores. Si bien no hay indicios de un robo, todavía no se descarta la posibilidad.
Las pruebas que faltan. Al mismo tiempo, aguardan los resultados de medidas de prueba que pueden esclarecer el caso, entre ellos, el análisis de numerosos rastros recolectados en el departamento.
En ese sentido, Di Lello espera el resultado del cotejo de huellas dactilares levantadas en el departamento y el análisis de ADN a cabellos hallados en el lugar, a la sangre en el cuchillo que se utilizó en el crimen, a la ropa y en el cuerpo de la víctima. Además, buscan el registro genético del asesino debajo de las uñas de la militante trans, porque hay signos de violencia y lesiones defensivas. La víctima presentaba también heridas en un glúteo y en los brazos y fue hallada tirada en el piso, al costado de una cama, en posición decúbito lateral y con algunas ataduras realizadas con prendas de vestir para inmovilizarla.
Sacayán era líder de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales (ILGA), dirigente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) y trabajaba en el Programa de Identidad Sexual del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). Ayer, representantes de Alitt, 100% Diversidad y Derechos y la CHA se reunieron con la fiscal Labozetta para reclamar que el caso se encuadre desde la perspectiva de un travesticidio y adelantar que se presentarán como querellantes.