POLICIA
la navidad del asesino multiple

Barreda le pidió alojamiento a un amigo para dejar la cárcel

Es un viejo conocido que vive en la ciudad de La Plata. Otra alternativa es que consiga un departamento y se vaya a vivir solo.

Convivencia. La novia de Barreda dijo que “son sólo peleas”.
| Pablo Cuarterolo / Telam

Ricardo Barreda está preocupado. Sabe que si la Justicia no revé la decisión de dejarlo vivir con su novia, Berta André, en el barrio porteño de Belgrano, deberá buscar un nuevo garante, algo que a priori no parece tan sencillo.

Barreda regresó a prisión el lunes pasado por los problemas de convivencia con Berta. Para el juez de ejecución penal platense, Raúl Dalto, la relación entre ellos se tornó “peligrosa” y con “riesgo inminente”. Desde ese día el odontólogo platense condenado a prisión perpetua por haber asesinado a su esposa, sus hijas y su suegra en 1992, duerme en la Unidad Penitenciaria Nº 25 de Lisandro Olmos.

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Según fuentes penitenciarias, el asesino múltiple está alojado en la habitación 1 del primer piso. No está solo. Comparte la pieza con otros cinco internos, todos ellos mayores de 60 años como él.

“Es una unidad de autodisciplina con régimen cerrado, que aloja a internos mayores de edad o con problemas de salud”, indicaron desde el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).

Destino incierto. Fuentes policiales señalaron que si Barreda consigue un nuevo domicilio en el que pueda ser controlado por el Patronato de Liberados podría recuperar su libertad, aunque mientras no ocurra esa situación deberá permanecer en prisión.

Si bien su abogado defensor, Eduardo Gutiérrez, apeló la decisión del juez Dalto, trascendió que el odontólogo habría acercado el nombre de un amigo, a quien ya habría consultado.

Según pudo saber PERFIL, Barreda mencionó a un viejo amigo platense, de apellido Sosa. “Le contó su idea, pero todavía no obtuvo una respuesta”, aseguró a este diario un allegado.

Otra alternativa que estaría barajando su defensa en caso de no poder torcer la decisión judicial sería la de conseguirle un departamento para que pueda irse a vivir solo. La traba sería económica, pues el odontólogo cobra una jubilación mínima que no le permitiría afrontar el gasto que significa el alquiler.  

Gutiérrez apeló la detención de Barreda ante la Cámara Penal de La Plata porque entiende que Dalto “excedió su jurisdicción al hacer consideraciones sobre la salud mental de una persona que no fue diagnosticada” en relación con la situación de Berta.

“Tomar una medida así, de mandarlo a la cárcel sin ninguna alternativa, es la parte que no comparto (...) si se hubiese notificado a las partes, puesto en conocimiento de la decisión... Barreda no incumplió ninguno de los requisitos, se lo debió haber intimado a que constituya un nuevo domicilio”, destacó su abogado defensor.

Además, contó que estuvo con él y que todavía está “sorprendido y altamente preocupado”. “Su mayor preocupación era quién se iba a ocupar de Berta cuando él no estuviese, ya que necesita acompañamiento y contención”, enfatizó.

En la resolución que revocó la libertad de Barreda el juez consideró que la convivencia de la pareja “presenta una combinación de factores que provocan una situación de peligro inminente”, por lo que resolvió revocar la libertad de la que gozaba el odontólogo hasta que fije un nuevo domicilio.

“La situación de peligro es inminente por la debilidad mental que padece Berta y el riesgo de que eso pueda provocar una reacción por parte de Barreda”, indicó Dalto.

Barreda se encontraba en libertad condicional desde marzo de 2011, luego de haber sido condenado en 1995 a prisión perpetua por haber matado a escopetazos a su esposa Gladys McDonald (57), a su suegra, Elena Arreche (86), y a sus dos hijas, Cecilia (26) y Adriana (24), en noviembre de 1992.

 

Berta minimizó los problemas de pareja

Berta André no volvió a hablar desde que la Justicia la separó de Ricardo Barreda. En la última entrevista que brindó reconoció que estaba “desilusionada”, aunque minimizó los problemas de pareja.

PERFIL intentó comunicarse con ella para conocer su opinión sobre la medida que tomó el juez Raúl Dalto, pero la mujer no atendió el teléfono.

En la edición del sábado 13 de diciembre pasado, la docente que convivía con Barreda desde marzo de 2008 reconoció que su pareja es “muy gruñón”.  “Vuela una mosca y se enoja”, graficó.

En la entrevista negó haber sido maltratada. “A veces me insulta, pero yo también puteo así que no puedo hacer tanta historia”, indicó.

Sobre los supuestos problemas de convivencia dijo: “No pasan cosas graves entre nosotros, son sólo peleas de convivencia”