En la tumba de Ricardo Barreda no hay flores y la tierra permanece removida. Todavía no se cumplió un mes de su muerte y recién hoy el único amigo del múltiple femicida colocó una cruz en el día de su cumpleaños.
Los restos del odontólogo que hace 28 años asesinó a su mujer, sus dos hijas y su suegra en la ciudad de La Plata están en el cementerio municipal de la localidad de José C.Paz.
La cruz tiene como epitafio una frase que el femicida pidió que pongan antes de morir: "Arrepentido de mis pecados cometidos", dice la placa junto al nombre del múltiple femicida y sus fechas de nacimiento y defunción.
Pablo Marti, su biógrafo, fue el encargado de cumplir uno de sus últimos deseos. Esta mañana fue hasta el cementerio y le entregó la cruz a los empleados para que quedara frente a la tumba de Barreda.La fecha en que el escritor decidió colocar la cruz coincide con el día que el odontólogo cumpliría 85 años.
Barreda murió el pasado 25 de mayo por causas naturales en el geriátrico "Del Rosario", donde se hallaba internado desde principios desde el 10 de marzo último.
El odontólogo fue condenado a prisión perpetua en 1995 por el triple homicidio calificado de su esposa, Gladys McDonald (57); sus dos hijas, Cecilia (26) y Adriana (24); y el homicidio simple de su suegra, Elena Arreche (86), cometidos en su casona de La Plata.
La última voluntad de Barreda: pidió que esparcieran sus cenizas en el nuevo estadio de Estudiantes
En 2008 fue beneficiado con arresto domiciliario y se fue a vivir con su nueva pareja, Berta "Pochi" André, quien falleció en 2015, por lo que el femicida tuvo que volver a la cárcel.
Ese mismo año Barreda recibió la libertad condicional y un año después quedó libre tras extinguirse la pena.
LN
