POLICIA

La última voluntad de Barreda: pidió que esparcieran sus cenizas en el nuevo estadio de Estudiantes

El múltiple femicida falleció este lunes a los 84 años. El club platense rechazó la posibilidad de cumplir el deseo del odontólogo que en 1992 mató a toda su familia.  

Ricardo Barreda y Cancha de Estudiantes de la Plata-20200528
Ricardo Barreda no conoció el nuevo estadio de Estudiantes pero pidió que sus cenizas las esparcieran allí. | Instagram- Cedoc

Ricardo Barreda (84) murió como vivió en los últimos años: en completa soledad. Su tumba en el cementerio de José C. Paz no tiene flores y de hecho nadie fue a despedirlo.

"Su última voluntad era ser cremado y que se esparcieran sus cenizas en la cancha de su amado Estudiantes de La Plata", cuenta su biógrafo Pablo Marti, la única persona que lo visitaba en el geriátrico "Del Rosario", donde este lunes falleció de un paro cardíaco.

Sin embargo, el club rechazó esa posibilidad. "Estudiantes tiene una historia muy fuerte de respeto y de participación de mujeres en la vida social y deportiva, y eso marca toda una definición y una postura muy clara”, explicó un dirigente de la institución, aunque aclaró que nadie inició un trámite formal.

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Barreda era fanático de Estudiantes. En la cárcel seguía por radio todos los partidos del Pincha y más de una vez expresó su deseo de volver a pisar la cancha el día que recuperara su libertad. En 2011, apenas obtuvo el beneficio la libertad condicional, pidió entradas para ir a ver al equipo que en ese momento dirigía Eduardo “Toto” Berizzo.  

La historia de Ricardo Barreda, autor del cuádruple femicidio que conmocionó al país

El múltiple femicida, que en 1992 asesinó a escopetazos a su esposa, a sus dos hijas y a su suegra, "tenía problemas en la próstata y demencia senil". "Estaba postrado en silla de ruedas y conectado permanentemente a una sonda. Y parcialmente ubicado en tiempo y espacio. Hubo momentos que estaba lúcido y otros en que no sabía ni quién era", explica Daniel Otero, dueño del geriátrico.

Marti, por su parte, señala que el odontólogo platense "nunca olvidó sus crímenes" y recordó que alguna vez le preguntó si pensó en suicidarse, a lo que Barreda respondió que no.

"Lo conocía desde hace más de un año y le pedí escribir un libro sobre su vida. Lo vi por primera vez en un bar frente a la estación de trenes de San Martín, y después lo seguí viendo en el Hospital Eva Perón, donde se generó un vínculo a través de las visitas y empezó a contarme cosas. Siempre supe que estaba frente a un cuádruple femicida y cada vez que veía esas manos me impactaban porque pensaba que con esas manos agarró la escopeta con la que mató a su familia", dice.

"Siempre habló con convicción de lo que hizo" y "se mostró arrepentido y analizó que en algún punto pudo haber cambiado algunas cosas", cuenta.

Como era la vida del odontólogo Barreda en libertad condicional

"Él siempre me decía antes de que le pregunte 'si, ya sé, querés saber por qué nunca me separé -de su esposa-", y se respondía: 'porque la quería", agrega Marti, quien asegura que el femicida llegó incluso a decirle que si pudiera "volvería a conocer" a quien fue su pareja, pero "haciendo las cosas bien".

Una de las palabras que al biógrafo le llamó la atención es que, a pesar de la brutalidad del hecho que cometió, Barreda "no quería que la gente se olvidara de él: disfrutó de cierta fama que le dio todo lo que hizo, creo que hizo un personaje para manejarse en el mundo".

El odontólogo fue condenado a prisión perpetua en 1995 por el triple homicidio calificado de su esposa, Gladys McDonald (57); sus dos hijas, Cecilia (26) y Adriana (24); y el homicidio simple de su suegra, Elena Arreche (86), cometidos en su casona de La Plata.

En 2008 fue beneficiado con arresto domiciliario y se fue a vivir con su nueva pareja, Berta "Pochi" André, quien falleció en 2015, por lo que el femicida tuvo que volver a la cárcel.

Ese mismo año Barreda recibió la libertad condicional y un año después quedó libre tras extinguirse la pena.

LN