El múltiple femicida Ricardo Barreda murió este lunes 25 de mayo a los 83 años en un geriátrico del partido bonaerense de José C. Paz. Odontólogo platense, se encontraba internado en el geriátrico "Del Rosario" de la localidad de José C. Paz y su muerte se produjo por "causas naturales", ya que desde marzo pasado arrastraba problemas de próstata y de Alzheimer.
El odontólogo fue condenado en 1995 a la pena de reclusión perpetua por el homicidio de su esposa Gladys McDonald (57), su suegra Elena Arreche (86) y sus dos hijas Cecilia (26) y Adriana (24), episodio perpetrado el 15 de noviembre de 1992 en su residencia de calle 48 y 11 de La Plata.
Según las investigaciones, el homicida se fue del lugar del crimen, pasó a buscar a su amante y juntos estuvieron en un hotel alojamiento. Al regresar a su casa, dio aviso a la Policía y aseguró que habían entrado a robar y matado a todas las mujeres de la familia. Sin embargo, luego confesó ser el autor del aberrante hecho.
El cuádruple homicidio ocupó la atención médiática de la época y ubicó a este hombre entre los asesinos más reconocidos de la historia argentina. Enjuiciado en 1995, sentenciado a prisión perpetua, y con la obtención de la prisión domiciliaria en 2008, volvió a prisión en 2011 por salir del domicilio en el que se encontraba, sin autorización judicial.
Durante el juicio Barreda indicó que tomó esa determinación como consecuencia de una "una reacción" suya "a los maltratos y humillaciones" que recibía de todas las mujeres que había asesinado con una escopeta de caza.
Luego de varios intentos judiciales, Barreda logró que en 2008 le concedieran la prisión domiciliaria y se fue a vivir a la casa de su pareja Berta "Pochi" André, a quien conoció cuando lo iba a visitar a la cárcel.
Pero en 2015 se tuvo que ir de esa vivienda porque "Pochi" murió a raíz de un problema neurológico que se le agravó. En diciembre de ese año se le concedió a Barreda la libertad condicional y en mayo de 2016 se declaró "extinguida la pena impuesta" y se hicieron "cesar las accesorias legales impuestas".
El múltiple femicida pasó sus últimos años en la pobreza, ya que luego de lograr la libertad condicional vivió un año entre los pasillos del Hospital General Villegas de Pacheco, donde se decía que simulaba ser otra persona, que amenazaba a médicos y enfermeros.
Posteriormente, fue internado por un breve período en el hospital Eva Perón de Tigre y finalmente se fue a vivir al geriátrico de José C. Paz. "Tenía un mal estado general, sufrió un paro cardiorrespiratorio. Estaba parcialmente lúcido, no tenía problemas con las personas del lugar. Se lo veía tranquilo", contó una persona del asilo.
HV