En la mañana del pasado jueves 10 de junio, Paula Sánchez Frega obtuvo justicia. Su expareja, Patricio Pioli, se convirtió en el primer condenado de la historia argentina por difundir material íntimo.
“Tengo miedo porque él nunca respetó la ley”, admitió Sánchez Frega en Noticiero Trece, tras la sentencia a su ex, acusado del delito de sextorsión, al que denunció en 2017. Su expareja ahora recibió cinco años de prisión efectiva, tras una decisión del Tribunal de la Cámara Tercera en lo Criminal y Correccional, presidido por la jueza Edith Agüero junto a los magistrados María Petrillo y Fernando Romero.
De esta manera, Pioli fue hallado culpable en La Rioja del delito de "coacción y lesiones leves calificadas" en contra de su expareja. Además, deberá afrontar el pago de las costas del juicio.
Sin embargo, el temor de la víctima es que, a pesar del fallo, el condenado seguirá con prisión domiciliaria, dado que la sentencia no está firme y Pioli apelará la decisión judicial a la Cámara de Casación.
La joven afirmó que le genera “mucho miedo” que Pioli siga con domiciliaria y mencionó que varios testigos “sabían que él salía de su casa” y que no cumplía con la detención en la vivienda, por lo que admitió que esto representa “un riesgo muy grande” para su vida y reveló que teme por su integridad.
Asimismo, relató que en todo este período recibió “mucho hostigamiento” y citó una horrible declaración del tatuador.
Cinco años atrás, Sánchez Frega denunció a Pioli por filtrar fotos y videos íntimos donde ambos mantenían relaciones sexuales. En el medio, el hombre burló a la Justicia, lo que llevó a que se revocara su excarcelación, y hasta reconoció que supuestamente abusó de ella en una entrevista radial, lo que la llevó a la joven a un fuerte cuadro de estrés postraumático, marcado por la angustia e insomnio.
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Caso clave
El caso se trató del primer proceso oral en la Argentina por la difusión de material sexual íntimo, tipificado en el Código Penal como “pornovenganza”.
En este sentido, el caso fue clave para la Reforma del Código Penal y la inclusión de la “pornovenganza” o “pornoextorsión” como delito informático.
La versión de Pioli
La versión del tatuador, que siempre insistió en su inocencia, es que le robaron el celular. “Me estoy comiendo el garrón de mi vida”, sostuvo.
En primera instancia, relató que estuvo detenido durante seis días en una comisaría y que luego en la calle le gritaban “asesino, violador”. “No hice nada”, aseguró a Clarín en 2019.
Asimismo, contó que la relación con Sánchez Frega “nunca fue sana” y que se separaron a meses de iniciada la relación, y tras la ruptura “se filtraron” los videos sexuales que grabaron cuando estaban de novios.