El nombre de Julieta Silva comenzó a hacerse conocido en los medios de comunicación en 2017, cuando fue acusada de atropellar y matar a quien era su novio, el rugbier Genaro Fortunaro, caso por el que fue condenada al año siguiente. Este miércoles, siete años después, volvió a recibir una sentencia en la causa por "lesiones leves" contra su esposo actual, Lucas Giménez, mediante un juicio abreviado.
El Ministerio Público Fiscal de Mendoza comunicó que en la jornada de hoy se llevó a cabo el procedimiento en el cual se acordó que la acusada sea condenada a nueve meses de prisión, en modalidad domiciliaria y con monitoreo electrónico, tras reconocer que golpeó a su esposo, con quien tiene una hija.
La denuncia que inició el proceso judicial fue radicada por Giménez el pasado 12 de julio, después de que el hombre se encerrara en el baño de su casa y llamara al número 911 para expresar que Silva lo había atacado violentamente. Tras el alerta, efectivos de la Policía provincial llegaron a su domicilio, ubicado en la ciudad de San Rafael, y constataron las heridas.
Por este hecho, la mujer de 39 años fue imputada por lesiones leves agravadas por el vínculo y, semanas más tarde, la Fiscalía de Instrucción le agregó cargos por hechos de privación ilegítima de la libertad, amenazas simples y desobediencia.
Se le dictó la prisión domiciliaria de forma preventiva -por tener una hija pequeña- y sus abogados, Clarisa Fuentes Rubio y Roberto Castillo, pidieron cerrar la causa o aplicar una pena menor.

En ese marco, se dio lugar al juicio abreviado de esta jornada. En un acuerdo con el fiscal Fabricio Sidoti, la mujer se declaró culpable de las "lesiones leves" contra Giménez y fue sobreseída en relación a los otros delitos que se le imputaban. El fallo fue firmado por el juez de Garantías, Claudio Gil, que la consideró reincidente y vinculó esta resolución con la pena anterior que recibió en 2018 por el homicidio culposo de Fortunato: tres años y nueve meses de cárcel y ocho años de inhabilitación para conducir.
Sin embargo, a pesar de que la Fiscalía solicitó que Silva cumpliera la pena de forma efectiva, el magistrado determinó que los nueve meses de prisión sean de forma domiciliaria. “Está contenta, fue sobreseída en tres delitos", expresó Castillo en declaraciones a la agencia Noticias Argentinas.
Julieta Silva dijo que fue "extorsionada"
Durante una entrevista que concedió a Telefe Noticias, la mujer sostuvo su inocencia y dijo que supuestamente fue víctima de "extorsiones" por parte de su esposo. “Empecé a sentir que él usaba situaciones dolorosas que viví para amenazarme. Me filmaba sin que yo supiera, grababa conversaciones y tenía videos íntimos. Cuando descubrí esas grabaciones, hasta me arrodillé pidiéndole que las borrara”, afirmó.
En ese momento negó haberlo golpeado, definió su relación como "tóxica y complicada" y su abogado defensor acusó al denunciante por supuestamente haberla "chantajeado": "Había una relación de sometimiento, el chantaje pasaba porque iba a contarle a los hijos de ella sobre su pasado”, aseguró en referencia a la muerte de Fortunato en el accidente vial.

La muerte de Genaro, que jugaba en el Belgrano Rugby Club, ocurrió la madrugada del 9 de septiembre de 2017, a la salida del boliche La Mona en San Rafael. La pareja había discutido y luego Julieta se subió sola a su auto Fiat Idea, y cuando el joven -que iba a ser padre, fruto de una relación anterior- se acercó para hablar ella, aceleró y se cayó. Cuando giró para ir a buscarlo, lo atropelló y arrestó tres metros.
Durante el juicio, celebrado en 2018, la fiscalía y la querella sostuvieron que se trató de un acto intencional, pero finalmente el tribunal a condenó por homicidio culposo, descartando que haya tenido la intención de matar a quien en ese momento era su novio. En todo momento Silva dijo que "nunca lo alcanzó a ver" y recibió la pena por homicidio y por conducción imprudente y negligente.
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