POLICIA
báez sosa: quinta audiencia

“Le llené la jeta de sangre”, la frase que horrorizó a la recepcionista de un hotel

Andrea Ranno vio pasar a los rugbiers por la puerta del hotel de Villa Gesell donde trabajaba y recordó que “venían muy exaltados, muy contentos, contentísimos y felices”. Ante el tribunal que juzga a los ocho acusados por el asesinato, la joven reprodujo algunas de las frases que le escuchó decir a uno de ellos: “Le rompí todo la jeta, viste”.

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Thomsen. Dos testigos lo complicaron: uno dijo que festejó el crimen y otro que acusó a un inocente. | Télam

La quinta audiencia del juicio contra los ocho rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa (18) dejó un testimonio clave: el de la recepcionista del hotel ubicado a metros del boliche Le Brique. 

Andrea Ranno recordó algunas de las frases que escuchó de boca de los homicidas e identificó a los acusados en un video de una cámara de seguridad. La declaración de la testigo es clave para la acusación porque demuestra el desprecio de los rugbiers hacia la víctima. 

La madrugada del 18 de enero Ranno estaba trabajando en el hotel “Inti Huasi”, ubicado a media cuadra de Le Brique, el boliche donde los acusados comenzaron a agredir a la víctima y sus amigos.    

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Los ocho rugbiers, Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23), están siendo juzgados en Dolores desde el lunes 2 de enero por el “homicidio doblemente agravado” de Fernando y las “lesiones leves” causadas a sus amigos. 

“Venían muy exaltados, muy contentos, contentísimos y felices”, señaló la testigo sobre el paso de los rugbiers por la puerta de su trabajo. La mujer puntualizó que uno de ellos “estaba sacado” y con su “camisa negra rota”. Era Máximo Thomsen (23), el joven acusado de pegarle la patada mortal a Fernando.

“Es el que iba adelante. Tenía una camisa negra rota y el cabello revuelto. Caminaba de manera desaforada, firmemente, con la cabeza baja, como ciego”, describió ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Dolores y los padres de la víctima, Graciela Sosa Osorio y Silvino Báez, quienes presenciaron toda la audiencia. 

“Estaba sacado ese pibe”, dijo sobre Thomsen cuando en la sala de juicio reprodujeron los videos de las cámaras de seguridad que grabaron los momentos posteriores al ataque. La mujer también señaló a Matías Benicelli (23) como uno de los agresores de Fernando: “Es el chico rubiecito, que tenía una camisa que brillaba, que llamaba la atención”, dijo. 

Ranno ratificó lo que dijo en la instrucción del caso y reiteró algunas de las frases que soltaron los agresores: “Le rompí toda la jeta, viste” y “le llené la jeta de sangre”, aseguró que dijo uno de los atacantes junto a otros jóvenes que caminaban “riendo y festejando entre ellos”.

Fernando Burlando, uno de los abogados de la familia de la víctima, aseguró que “la descripción” que hizo Ranno fue “brutal”. “Un festejo, increíble, y ahí ya estaban al tanto del fallecimiento de Fernando. Es muy loco que se abracen, que se arenguen, y por otro lado la actitud de Thomsen que estaba sacado. El resto del grupo que venía hablaba de cómo le había roto la cara a Fernando”, indicó.

Para la testigo “todos se sentían partícipes de ese festejo”. “Ellos venían festejando porque todos habían participado de la pelea. Venían festejando esa secuencia”, señaló en la puerta de los tribunales, al término de su declaración. 

En el mismo sentido declaró uno de los peritos de la Policía Bonaerense que participó del allanamiento a la casa que alquilaban los rugbiers. Dijo que los acusados estaban “muy ruiseños” y que tuvieron que llamarles la atención varias veces porque “no paraban de reírse”. 

“Les tuvimos que decir que estábamos trabajando en algo serio”, recordó el comisario mayor Hugo Vásquez, encargado de relevar las prendas de vestir de los imputados.

La empleada del hotel reveló también que tuvo un cruce  con Hugo Tomei, el abogado que defiende a los rugbiers. “Es un atrevido”, señaló porque la interrumpió y le dijo que su declaración no coincidía con lo que había manifestado en su momento ante la Policía. “Yo no miento, si usted lee lo que yo declaré, declaré exactamente lo mismo”, le respondió, según recordó. 

La zapatilla de Thomsen. Ra-nno no fue la única testigo que complicó a Thomsen en la audiencia de ayer. Mariano Rolando Vivas, otro de los policías que participó del operativo que terminó con la detención de los ocho rugbiers, apuntó contra el mismo acusado, al recordar que fue el que intentó incriminar a Pablo Ventura, el remero falsamente acusado por el crimen. 

“Thomsen dijo que era de Pablo Ventura”, reveló el efectivo ante el tribunal sobre la zapatilla manchada con sangre que secuestraron en la vivienda que habían alquilado los acusados en Villa Gesell. 

Vivas también recordó cómo fue el allanamiento. “Salió una persona de sexo masculino que tenía una colita. Era uno de los jóvenes que estuvieron en el lugar del hecho. Luego salieron otras diez personas. La fiscalía nos dice que los aprehendamos y que nadie entre al domicilio”, señaló. El policía destacó que los rugbiers “no fueron agresivos” y “nunca se resistieron”.

A su vez, Lautaro Alejandro Cuqueijo, testigo del procedimiento, recordó: “El único que noté que estaba nervioso era el grandote, el más musculoso por así decirlo. Tenía bigote. Si no me equivoco es Máximo Thomsen. Se puso a vomitar.”

¿Cómo sigue el juicio? Según contó Fabián Améndola, el abogado que asesora a la familia de la víctima junto a Burlando, se reanudará la semana que viene “con la parte pericial y la autopsia”.

 

“No sienten culpabilidad”

R.P.

La mamá de Fernando Báez Sosa (18) no faltó a ninguna audiencia. Este viernes, antes del inicio de una jornada con varios testigos claves, habló nuevamente de los acusados y de su falta de arrepentimiento. 

“Yo como madre siento que no sienten culpabilidad. Pareciera que están en su mundo. Uno los mira y no lo puede creer porque son chicos de la edad de Fer que tendrían que estar disfrutando con sus familias”, dijo Graciela Sosa Osorio en la puerta de los tribunales de Dolores.

La mujer señaló que el día a día es difícil. El tiempo no sanó las heridas. “Sentimos que tenemos esa necesidad de estar con Fer abrazándolo, compartir un domingo de familia. No tuvimos más Navidad, Año Nuevo, Día de la Madre, Día del Padre, nada”, remarcó. Graciela también dijo que prefiere mantener distancia de los padres de los acusados y les pidió que no se le acerquen. “Como yo no los conozco a ellos, espero que no se me acerquen porque por ahí se me acercan y me dan un abrazo sin saberlo. A esta altura yo ya no espero nada. Estoy tranquila y cuanto más lejos, mucho mejor”, señaló.