La causa que investiga el asesinato de Lola Chomnalez (15) retrocedió varios casilleros en las últimas horas. Es que el cotejo de ADN entre la muestra de un masculino hallada en una toalla de la víctima no coincide con el patrón genético de los diez sospechosos que fueron indagados por la Justicia uruguaya.
El estudio pericial había despertado una enorme expectativa entre los investigadores del caso, sobre todo a partir de la confirmación de que el rastro hemático no era de Lola sino de una persona de sexo masculino.
La prueba considerada clave fue hallada en la toalla que estaba en el interior de la mochila de la víctima, y que fue secuestrada dos semanas después del homicidio y a pocos metros de la escena del crimen, en un operativo de rastrillaje que despertó dudas y críticas.
Según fuentes judiciales consultadas por PERFIL, la jueza Silvia Urioste –a cargo de la investigación– recibió el informe del cotejo negativo este viernes. Los resultados obligan a reorientar todo lo actuado hasta el momento. Es que con este documento no sólo se cae prácticamente la pista que apuntaba a la familia de la madrina de Lola, sino también a la del hombre apodado “el Conejo”, quien llegó a convertirse en el sospechoso favorito de la jueza saliente Marcela López Moroy.
Otro dato que arrojó el informe pericial es que el ADN del supuesto homicida también fue comparado con más de 2 mil muestras que la Policía Científica tiene archivadas en su laboratorio biológico. El resultado también fue negativo, lo que permite sospechar que el asesino de la joven turista no tendría antecedentes penales. Al menos en Uruguay.
Recalculando. La prueba genética con la que cuentan los investigadores no servirá de nada si los detectives no logran dar con el hombre indicado. “Se está en foja cero”, aseguró un investigador, consultado por el diario El País. A decir por los resultados, todos los hombres que fueron apuntados por la Justicia no tendrían relación alguna con el crimen, aunque por estas horas nadie ligado a la pesquisa se anima a descartarlos definitivamente. Quizá no lo quieran reconocer para no aceptar los errores cometidos hasta el momento, a poco de cumplirse un mes de investigación. Sin embargo, desde el Poder Judicial admitieron que, a esta altura, “es muy difícil” que encuentren al asesino de Lola.
Por lo bajo, los detectives confiesan que todavía les resta una carta más por jugar, en relación con la línea de investigación que apunta a personas que viven en la zona. Esa carta es la que señala a un sujeto apodado “Huguito”, un hombre con antecedentes delictivos que estuvo detenido en el Complejo Carcelario Santiago Vázquez de Montevideo (Comcar).
Según datos recolectados por los pesquisas, “Huguito” estaba trabajando en Barra de Valizas cuando Lola fue asesinada en la playa, el domingo 28 de diciembre pasado. Un ex preso habría declarado que este hombre sabría quién es el homicida. Por eso fue citado a declarar. Lo hará pasado mañana a las 9 de la mañana. Según una fuente policial citada por el diario El País, todavía restan diversas pericias, preguntas que podrían reorientar la investigación e incluso otros cruces de ADN. Lo cierto es que a poco de cumplirse un mes de un asesinato que conmovió a dos países la causa no camina sobre tierra firme. Sólo existe el rastro genético de un hombre que no tiene nombre.
La familia de la víctima no pierde la esperanza
Nuevamente, la causa de Lola está en foja cero. Sin embargo, la familia de la joven asegura que “cree en la Justicia” del país vecino. Mientras tanto la madrina de la chica y su marido intentan salir del bajón anímico en el que se encuentran desde que se descubrió el crimen.
Los padres de Lola no quieren hablar y su abogado, Jorge Barrera, aseguró a PERFIL que todavía no fueron notificados sobre los resultados del cotejo de ADN.
Un primo de la joven turista argentina que fue asesinada en Valizas le dijo a este diario que ellos todavía “confían” en la Justicia.
“Leímos lo que se publicó al respecto, pero todavía no nos informaron los resultados del cotejo de ADN”, destacó y agregó: “Creo en la Justicia de Uruguay y en la investigación”.
“Estos resultados nos dan cierta tranquilidad porque mi hijo queda científicamente desvinculado del caso”, se limitó a decir Jorge Tuzinkevich, padre de Hérnan, el marido de la madrina de Lola.
“Igual nunca estuvimos intranquilos porque sabíamos perfectamente que ellos no tenían nada que ver con este crimen”, agregó a este diario.
Claudia y Hernán todavía no pudieron comunicarse con los papás de Lola. El sentimiento de culpa por lo que pasó los llevó a una profunda depresión. Según allegados a la pareja, ambos comenzaron un tratamiento psicológico y decidieron recluirse en la tranquilidad de su hogar para no tener demasiado contacto con el mundo exterior.
