Impunidad. Ostentación. Jerarquías. Poder. Respeto criminal. La banda conocida como “Los pibes de Alvarado” se dedicaban principalmente a robar autos, para luego cometer otro ilícitos. Pero no querían quedar en el anonimato. Ellos subían sus “conquistas” en las redes sociales para ganar “respeto” dentro del mundo delictivo. También, se regían por una especie de “ranking criminal” y el que sumaba 15 vehículos robados “ascendía” dentro de la estructura. La organización fue desbaratada por la Policía Federal Argentina (PFA)
“El Gordo” Rodrigo es sindicado como el líder de la banda. Este "se encargaba de regentear" al resto de los jóvenes que se sumaban a la estructura de la organización oriunda de la Villa Zavaleta, en el barrio porteño de Barracas, explicaron a PERFIL fuentes de la causa.
Por el nombre de la calle que los identificaba en ese asentamiento es que se los conocía como “Los Pibes de Alvarado”. Dentro de la banda había un orden jerárquico “en el que ascendían al miembro que llegue a la cantidad de quince vehículos robados”, explicaron fuentes de la PFA que detuvo a parte de sus miembros.
Pero los robos que concretaban no quedaban en el anonimato, por lo contrario: lo compartían en sus redes sociales. Así es como los acusados de conformar la banda exhibían los vehículos sustraídos en sus cuentas personales para “ganar reconocimiento y respeto dentro del mundo del hampa”, entendieron los investigadores.
"El Gordo" Rodrigo González (21) es uno de los jóvenes detenidos acusado de liderar esta banda. Los otros tres son Isaac Vallena Arce (18), Daniel Alejandro “Alito” Santamaría (22) y Nicolás Ezequiel Valenzuela (18). Pero llegaron a ellos tras la muerte de un quinto presunto integrante de "Los Pibes de Alvarado".
Una cámara de seguridad del Hospital General de Agudos José María Penna registró cuando, el 15 de abril pasado, dos jóvenes abandonaron a un chico en el hall de entrada del centro de salud. Ambos trasladaron al herido, identificado luego como Mathias Gabriel González González (20), cargándolo desde sus piernas y brazos. Pero este presunto ladrón, conocido como “El Boli”, murió poco después.
Así los investigadores relacionaron el ingreso de este presunto delincuente herido con un tiroteo, previo, entre agentes de la Policía de la Ciudad y lo miembros de una banda a la que perseguían por una serie de robos a mano armada a personas en la vía pública en el barrio de La Boca. Pero lograron escapar.
En ese momento los delincuentes se movilizaban en un auto particular que había sido robado en la localidad bonaerense de Avellaneda. Luego, según reconstruyeron los investigadores, abandonaron a su presunto cómplice en el hospital Penna e intentaron prender fuego el vehículo en un playón ubicado en la Villa 21-24, conocida como Villa Zavaleta.
Pero los móviles de las Unidades de Prevención Barrial de la Policía de la Ciudad divisaron al vehículo y a sus miembros cuando regresaron a la Villa Zavaleta, tras su paso por el Penna. Los persiguieron por los pasillos del asentamiento aunque no lograron atraparlos.
Dos de los acusados fueron detenidos por la Policía de la Ciudad días después de esta seguidilla de hechos. Más tarde, retomó la investigación personal de la PFA a pedido del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 50 a cargo del juez Carlos Manuel Bruniard, y finalmente apresaron en las últimas horas a los otros dos acusados en dos operativos realizados en las calles Lamadrid y Martín Rodriguez y el otro en Pedro de Mendoza y Magallanes.
Los aprehendidos, junto con dos celulares que les secuestraron, quedaron a disposición del magistrado por el delito de “Robo con armas en poblado y en banda”.
NG / MCP