Una pareja fue detenida por mandar a su hijo, un nene de apenas dos años, con una pistola calibre 380 y 18 balas en la mochila al jardín maternal Loyola, en la ciudad de Santa Fe. La maestra del pequeño fue quien se topó con el arma cuando fue a buscar el vaso para servir el desayuno.
La mañana transcurría como cualquier comienzo de jornada en un jardín maternal. Luego de unos juegos llegó la hora del desayuno. La maestra comenzó con los preparativos sacando de las mochilas los vasos para sentarlos a todos a la mesita. Cuando le tocó abrir la mochila de este nene de dos años se encontró con un arma y 18 municiones. Consternada, avisó a las autoridades del establecimiento y, éstos, a la policía.
“Es rutina. Las docentes dejan las mochilas de los niños y las niñas en el perchero y el paso siguiente es ir a tomar la leche, por lo que las docentes abren las mochilas para sacar las mamaderas y los vasitos”, explicó Huaira Basaber, subsecretaria de Gestión Cultural y Educativa de la Municipalidad de Santa Fe.
La subsecretaria remarcó que el chico se encontraba en periodo de adaptación por los cupos disponibles que había, según informó la agencia NA.
El contexto en materia de inseguridad que se vive en la provincia es un indicio de diferentes problemas sociales que afecta a los vecinos. “Esta es una situación inusual, pero siempre nos encontramos con situaciones sociales de mucha complejidad”, afirmó Basaber.
Ante el llamado y la posterior incautación de la pistola calibre 380 con sus 18 municiones, la Justicia ordenó la detención inmediata de los padres de 22 y 38 años. Por su parte, el menor, de apenas dos años, quedó a cargo de su abuela hasta que se resuelva el futuro procesal de sus progenitores.
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Otro caso similar en Berazategui
Un alumno de la escuela primaria N.º 47 de Berazategui asistió al colegio con un arma. El hecho conmocionó al alumnado y provocaron la intervención de las autoridades del instituto.
Los padres de los compañeros de este joven de 12 años asistieron al colegio para exigir explicaciones. Según ellos, ya había ocurrido un hecho similar.
“Estamos todos con miedo porque puede pasar una tragedia. Esto ya pasó y nadie hace nada, ¿qué hay que esperar? Hace poco vino con una navaja, ahora con un arma, nos piden que no digamos nada que ellos (por los directivos) se van a ocupar”, expresó indignado unos de los padres presentes en el primario.
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Historias que se repiten
En junio de 2022, en el instituto Doctor Sallarés de Florencio Varela, un joven de 16 años llevó una réplica de una Bersa calibre 22 y simuló el fusilamiento de sus compañeros.
En aquella oportunidad, el asesor legal del colegio habría pedido que se borren los registros fílmicos de lo sucedido y los padres de los compañeros lo denunciaron.
Las autoridades de ese establecimiento habían declarado que tras identificar que todos los alumnos eran menores, dialogaron con los padres de los involucrados y con los propios chicos que “Me miraron a la cara, se quebraron, se pusieron a llorar y pidieron perdón. Nos dijeron que para ellos fue un juego”.
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La masacre de Patagones
El 28 de septiembre de 2004, Rafael Juniors Solich vació el cargador completo de la Browning 9 milímetros de su padre, suboficial de Prefectura, dentro del aula y mató a tres compañeros del primer año de la secundaria en la escuela Islas Malvinas de Carmen de Patagones.
Como consecuencia de los disparos fallecieron Federico Ponce, Sandra Núñez y Evangelina Miranda; también resultaron heridos Natalia Salomón, Cintia Casasola, Nicolás Leonardi, Pablo Saldías y Rodrigo Torres. El hecho no solo conmocionó al país, sino que inauguró las masacres escolares en Latinoamérica.
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