El penal de Marcos Paz, el de Ezeiza y el de Rawson. Los tres pertenecientes al Servicio Penitenciario Federal (SPF) y a pesar de los kilómetros que los separan estuvieron vinculados ayer por un múltiple operativo en búsqueda de celulares en distintas causas que investigan a miembros de la banda rosarina Los Monos. La principal requisa se dio en el primero de ellos, donde está detenido el líder de la narcobanda Ariel “Guille” Cantero. Fiscales pidieron su traslado a otro sector y que le controlen de “manera estricta” las comunicaciones.
Cantero es investigado en tres causas distintas: una de la Justicia Federal de Rosario, otra de la Justicia Federal de Morón y la restante de la Justicia ordinaria también de Rosario, todas ellas en colaboración con el fiscal Diego Iglesias, de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar).
Las investigaciones están relacionada con una balacera al frente del penal de Marcos Paz, por presunto manejo de la banda desde prisión y por el crimen del malabarista Lorenzo “Jimi” Altamirano (28).
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Así fue como se inspeccionó el Pabellón 7 de la Unidad Penitenciaria de Marcos Paz donde duerme Cantero. Allí los fiscales solicitaron que se busque dispositivos de comunicación, el listado de número de abonados con los que se comunicó Cantero en marzo de 2022, el detalle de los internos con los que compartió celda entre otros elementos de interés.
Mientras que en el penal de Rawson, en Chubut, los efectivos de la Policía Federal encontraron un hueco en la pared que conectaba dos celdas y tenía una dimensión apta para que pase un celular. Allí están alojados Rodolfo Ezequiel Masini, Pablo Nicolás Camino y la de Leandro Vilches. Mientras que también se inspeccionó las celdas de Leandro “Pollo” Vinardi y Damián “Toro” Escobar en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza. Todos ellos son presos que, según los investigadores, están vinculados con Guille.
Por otro lado, el fiscal federal de Rosario, Paula Moretti, y Diego Iglesias, de la Procunar, solicitaron que Cantero sea trasladado a un sector de Marcos Paz “en el que pueda controlarse que no tenga contacto con otros internos que se encuentren detenidos por delitos relacionados con el narcotráfico o al crimen organizado”. Y que “se disponga un control estricto de las comunicaciones que pueda mantener a través del teléfono de línea fija, garantizándose en su totalidad la privacidad de las conversaciones, se pueda conocer los abonados y las personas con las que se comunica, estableciéndose a su vez un horario y tiempo de establecimiento de llamadas razonable”.
