Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga, el chico que estuvo casi seis años desaparecido tras ser torturado en una comisaría del Gran Buenos Aires y cuyo cadáver fue hallado en un cementerio porteño como NN, afirmó que su familia "se merece vivir un poco más tranquila", tras ratificar una serie de amenazas, entre ellas el incendio de su auto.
"Queremos que nos den una solución para darle un fin a esto. Acá estamos denunciando la pérdida de un objeto material. Lo que queremos evitar es que esto continúe y que llegue a un lugar inevitable, que es el de las vidas humanas", sentenció Orieta.
La hermana del joven que fue encontrado el año pasado enterrado como NN en el cementerio porteño de la Chacarita cuestionó que "no existen políticas concretas que atiendan la problemática" de quienes denuncian "violencia institucional, sobre todo lo que tiene que ver con la seguridad".
La joven dio a conocer que la mañana del pasado 7 de junio salió de su casa y se encontró con su auto Fiat Regatta blanco totalmente incendiado y detalló que esto se suma a otras amenazas que sufrió la familia desde 2009, cuando desapareció el adolescente de 16 años.
"A mi madre y a mis hermanos les intentaron incendiar la casa. A mi hermano lo han parado autos particulares sin patente A mi hermano lo han cacheteado y le pidieron el celular para investigarlo. Ya hemos pasado un montón de situaciones dolorosas y esta familia se merece vivir un poco más tranquila", expresó.
En conversación con radio Nacional Rock, Orieta pidió "nuevas políticas" que atiendan la seguridad de quienes denuncian a las fuerzas de seguridad ya que, puntualizó, "no podemos ser custodiados por aquellos a quienes denunciamos".
La joven señaló que esta situación que atraviesa la familia "es angustiante", y por ello "no queremos que nos relocalicen, que nos cambien nuestro nombre y apellido, queremos que nos den una solución", sentenció.
Esta nueva amenaza ocurre a poco más de un mes de la sentencia que condenó a diez años de prisión al policía que torturó a Arruga en el destacamento de la localidad de Lomas del Mirador (La Matanza), lo que se transformó en la primera pena por torturas en democracia a un efectivo de la Bonaerense.
Arruga desapareció el 31 de enero de 2009, cuando salió de su casa de Lomas del Mirador, y recién fue hallado en octubre del año pasado en el cementerio de la Chacarita, donde lo enterraron tras ser atropellado por un auto en la avenida General Paz.
El conductor del auto, un estudiante de 21 años de Monte Grande, relató que al momento del accidente el adolescente "corría desesperado", como "si estuviera escapando" de algo, y aseguró que vio estacionada sobre la colectora una camioneta doble cabina de la Policía Bonaerense con las luces bajas.