Tres días antes de Navidad, y tras una investigación de más de cuatro años, Gendarmería Nacional logró rescatar a una argentina de 45 años víctima de una red de trata. La mujer, que fue encontrada junto a su hijo menor de edad, había pasado los últimos 32 años de su vida en cautiverio.
El calvario comenzó en 1987, cuando P. tenía 13 años y vivía junto a su familia en Mar del Plata. La pareja de su hermana mayor, un ciudadano boliviano de 50 años, las convenció de mudarse al país limítrofe con promesas de trabajo. Allí fueron las dos mujeres y el pequeño hijo de la mayor que tenía apenas unos meses.
Al llegar se dieron cuenta de que habían sido engañadas: el hombre las obligó a trabajar en un prostíbulo. Tres meses después, la mayor logró escapar, dejando atrás a su pequeño hijo y a P. Los años pasaron y recién en el año 2014 otra hermana se acercó a la justicia para hacer la denuncia sobre su desaparición.
Habían pasado 27 años de la última vez que había visto a P. Con los datos que pudo aportar en la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) se inició la búsqueda y se libró un oficio al área de Interpol de la Policía Federal. Según reconstruyó el periodista Federico Fahsbender en Infobae, la PROTEX recibió, además, una denuncia anónima que revelaba que P. estaría en la ciudad boliviana de Bermejo, departamento de Tarija, a 200 kilómetros de la frontera argentina.
La investigación se extendió por cuatro años. En diciembre de 2017, la Unidad de Investigaciones Orán de Gendarmería pudo determinar que la mujer atendía un puesto de comida en el Mercado Central de Bermejo, y que tenía un hijo de 9 años con ella. Finalmente, tras un año de trabajo, el 22 de diciembre pasado, la Unidad Antitrata de la Policía de Bolivia dio con ella en el lugar: un amplio complejo de tendales con techo de chapa y galpones.
Allí P. habló con los oficiales y manifestó su deseo de volver a la Argentina. Aseguró que quien la tenía cautiva era una mujer que la obligaba a ella y a su hijo a trabajar en el puesto y que la mantenía encerrada bajo llave en un garage. La policía boliviana fue hasta el lugar y constató la veracidad de sus dichos. El sitio no solo tenía condiciones infrahumanas, sino que un estudio médico posterior determinó que tanto P. como su hijo presentaban signos de malnutrición.
Su secuestradora fue detenida y en su poder se encontraron los documentos de P., quien durante su cautiverio había sido nacionalizada como ciudadana boliviana. Durante la investigación nadie pudo aportar datos sobre el paradero de hijo de la hermana mayor, que hoy ya tendría 32 años.
P. fue trasladada junto a su hijo, primero a la ciudad de Orán en Salta para finalmente reunirse con su familia en Mar del Plata, con quienes pasó la Nochebuena. Ahora deberá declarar en la causa para intentar determinar quién la mantuvo cautivo por más de 30 años.
Para realizar denuncias en casos de trata con fines de explotación sexual y/o de explotación de la prostitución o casos de violencia familiar, comunicarse al 5300-4014
M.S./F.F.