POLICIA
prestaba servicio en la bonaerense

Separan a un policía que hizo de ladrón en 'Un gallo para Esculapio'

Osvaldo Gómez era jefe de calle de una comisaría de La Plata. En la serie interpretó a “Melli Ricardo”. Tiene más de diez denuncias por corrupción.

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POLILADRON. Con el uniforme de la Bonaerense (izq.). y en un alto de las grabaciones junto a Ariel Staltari y Luis Luque, entre otros actores. | Perfil

Era habitual verlo con el uniforme policial patrullando las calles de City Bell, en su rol de jefe de calle. Pero hace un tiempo realizó un casting para desarrollar su faceta actoral. Y quedó seleccionado. Lo eligieron para representar el papel de un ladrón en la exitosa serie Un gallo para Esculapio y hasta tuvo el honor de levantar el premio Martín Fierro de Oro en junio pasado. Pero ahora parece que la ficción se mezcló con la realidad y el oficial Osvaldo “Chucky” Gómez fue apartado de la Bonaerense, mientras avanza en la justicia una causa por “extorsión” y “allanamientos truchos” que llevó a la cárcel a uno de sus jefes.

El subteniente Gómez tiene 38 años y más de diez denuncias en su contra. Parte de su labor policial la ejerció como jefe de calle de la comisaría 10ª de La Plata y luego formó parte de la seccional 12ª.

“Chucky” fue desafectado de la fuerza en febrero pasado por decisión de la Auditoría General de Asuntos Internos, a cargo de Guillermo Berra, y va camino a la exoneración. No fue el único. Sus pasos los siguieron el subcomisario Cristian Demarco, jefe de la seccional y el oficial principal Jorge Porcella.

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Hay al menos 13 denuncias en contra de "Chucky". Le adjudican haber realizado allanamientos truchos, en los cuales habrían cometido extorsiones, hurtos y robos.

La investigación llevó un año, y según la resolución firmada por Berra, los efectivos aparecen involucrados “en muchos sumarios por situaciones irregulares graves, seudo delictivas, no solo sospechados de proteger a bandas de ladrones o narcotraficantes de la zona, sino de mantener una connivencia con ellas”.

Por ejemplo, les adjudican haber realizado allanamientos “truchos” en los cuales habrían cometido extorsiones, hurtos y robos. Según pudo corroborar PERFIL hay, al menos, 13 denuncias en contra de Chucky.

En la mayoría señalan al subcomisario Demarco, el subteniente Gómez y el oficial Porcella, detenido el mes pasado por esta investigación. Desde el Ministerio de Seguridad de Buenos Aires confiaron a este diario que el actor de Un gallo para Esculapio registra varios sumarios internos a lo largo de su carrera policial, aunque muchos de esos casos fueron archivados por falta de pruebas.

La acusación que prosperó fue realizada por la familia de un narco platense que denunció a Gómez y la cúpula de la comisaría 12ª, cuando supuestamente le armaron una causa con el objetivo de beneficiar a una banda narco rival.

“Nos encontramos con que actuaban sin órdenes de allanamientos. Cuando realizamos una inspección en la seccional el subcomisario Demarco se atrincheró en su despacho para impedirnos el ingreso”, explica un vocero de Asuntos Internos.

Por si fuera poco, Chucky Gómez también fue denunciado por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), el organismo que preside el premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel. “Las prácticas policiales ilegales, no pueden pensarse aisladas sino como respuesta frente a la ausencia de políticas integrales en materia de seguridad”, explican desde la CPM.

Ficción. En Un gallo para Esculapio, Chucky Gómez representó al “Melli Ricardo”, quien formaba parte de la banda de piratas del asfalto contraria a la que encabezaba el protagonista de la serie Chelo (interpretado por Luis Brandoni) y Nelson (Peter Lanzani).

Osvaldo Gomez Chuky Un gallo para Esculapio

“Fue una experiencia muy linda, que espero alguna vez pueda repetirse. Todo el elenco me re-bancó y la verdad es que estoy feliz con todas la nominaciones, es un sueño para mí”, expresó Gómez a El Editor Platense luego de que la serie ganara siete premios Martín Fierro.

El hecho de que Chucky fuera policía y supiese manejar armas influyó para ser incorporado en el elenco. Es que desde la productora de Un gallo… querían que la serie se sintiera “bien real” y por eso seleccionaron a “algunas personas de la realidad, de la calle”, que no fuesen actores de profesión para confeccionar ciertos personajes. Uno de esos casos fue el de Gómez que fue seleccionado y después probaron “cuánto podía actuar”.
 
Realidad. Una de las denuncias actuales contra Chucky la realizó la abogada Erica Mantzuranis. Su cliente, un joven de 22 años, asegura que el policía lo llevó a la comisaría para amenazarlo, amedrentarlo y asustarlo.

“En ese momento, mi defendido había terminado una relación con una chica (identificada como M.) que lo acusaba de haberle robado plata de su casa”, cuenta la letrada a PERFIL. Pero el 11 de septiembre del año pasado el joven se reunió con su ex novia y una amiga de ella y les comentó que en su mochila tenía la plata que había cobrado por una indemnización laboral y la venta de un auto, según figura en la denuncia presentada.

A los poco minutos, aparecieron en el lugar dos policías que obligaron a subir al denunciante a un auto para llevarlo a la comisaría. “En la seccional -cuenta la abogada-, Chucky lo agarra del brazo y lo insulta, lo amenaza y le dice que lo que tenía en la mochila se lo entregue a M., que nunca más se meta con ella porque la iba a pasar muy mal”.

Otros casos: del oficial Schultz a la policía vedette. Cuando el dinero no alcanza, hasta el policía con más vocación aprovecha las 48 horas de descanso por las 24 trabajadas para generar un ingreso extra. Según fuentes de Asuntos Internos, un efectivo puede tener otra actividad en el horario que no está de servicio, con algunas excepciones como trabajar en otro organismo del Estado o en una empresa de seguridad. 

Para actuar, como es el caso de Osvaldo “Chucky” Gómez, tiene que pedir una autorización especial en la fuerza. Los voceros consultados por este diario reconocieron que no sabían que Gómez iba a interpretar a un ladrón, siendo que éste era jefe de calle de una comisaría de La Plata.

El año pasado la aparición de una oficial de la Bonaerense en una obra de Carmen Barbieri desató un escándalo porque la fuerza no la autorizó al entender que existía una incompatibilidad de funciones.

Romina Arias debutó en las tablas pero el sueño le duró poco: después de una denuncia por violencia de género regresó a la fuerza y dejó atrás sus sueños de diva.   

Hace más de 15 años, el caso del cantante Fabián Schultz, por entonces oficial de la Bonaerense, también despertó una fuerte polémica en la fuerza. Schultz no fue separado, pero sintió una fuerte presión que tiempo después lo llevó a dejar el uniforme para siempre.