Hace 15 días, la historia de la azafata Daniela Carbone cambió por completo. Pasó de volar a bordo de un vuelo de Aerolíneas Argentinas a la cárcel a causa de la amenaza de bomba que dirigió hacia un tripulante de un vuelo a Miami con el que habría tenido un amorío. Finalmente, ayer fue despedida de la compañía estatal y hoy la Justicia definirá cómo sigue su situación procesal.
Ocurre que hoy se termina el plazo legal que tiene el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, para definir qué hará con la imputada, puesto que fue citada a indagatoria hace 10 días. Y como se probó que fue la autora de las grabaciones con la voz distorsionada donde dijo "decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami", el escenario que enfrenta Carbone no es otro que su continuidad en el proceso.
Una de las posibilidades es que el juez dicte el procesamiento con prisión domiciliaria, por lo que Carbone podría volver a su casa. Uno de los puntos que debe ponderar Villena es si existe riesgo de fuga o entorpecimiento de la investigación por parte de la azafata.
La resolución judicial con su decisión se conocería durante la mañana de este martes en el marco del expediente en el que se la acusa de coacción agravada, intimidación pública y entorpecimiento de los servicios públicos.
Ayer, Aerolíneas Argentinas la despidió con causa por el hecho ocurrido a finales del mes pasado y por el que la companía perdió cerca de 1,2 millones de dólares. Mientras tanto, la mujer sigue detenida en una celda de 2x2 de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) ubicada en el Aeropuerto de Ezeiza. "Está en las mejores condiciones", informaron fuentes del caso a PERFIL.
Según consignó Clarín, la Justicia ya habría realizado los estudios socioambientales de la casa de Carbone y también su hija se habría ofrecido como garante para custodiar que cumpla con las implicancias de una eventual domiciliaria.
Despedida de Aerolíneas
Carbone, de 47 años, fue despedida en las últimas horas de la compañía estatal.
El despido con causa fue luego que la empresa haya corroborado "con creces la participación directa/indirectamente (involucrando a su hija en ello) en la referida amenaza de bomba, la cual causó severos perjuicios económicos y reputacionales a la empresa, además del mal momento que le hizo pasar a pasajeros y a la tripulación presente (causándole también daños por pérdidas de combinaciones o por las demoras ocasionadas)".
Según indicaron desde la compañía, todo ese cuadro de situación "se ve a todas luces agravado por el hecho de que es una persona con su antigüedad de 24 años en la empresa, que fue instructora de vuelo por más de 14 años y claramente conocía todos y cada uno de los protocolos de la empresa correspondientes para el caso de amenaza de bomba".
"Justamente usted instruyó al personal de la empresa sobre los mismos y sobre lo que se debe hacer si cualquier persona -pasajero o parte de la tripulación- menciona la palabra 'bomba' y sabía perfectamente los daños que el mensaje de audio enviado le iba a generar a la empresa", dice el texto del despido al que accedió este medio.
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