En un llamativo estado de parálisis, el peronismo observa como las provincias van cambiando de color y abandonan al PJ para ser gobernadas por Juntos por el Cambio o partidos locales que nada tienen que ver con ellos. La última derrota se concretó el domingo en Santa Fe, donde el Justicialismo tuvo el peor resultado desde 1983. Y venía de recibir un durísimo golpe en Santa Cruz el domingo 13 de agosto. Antes fueron San Juan, San Luis y Chubut. Y en seis días tendrá que defender Chaco, donde Jorge Capitanich tuvo un resultado para el olvido en las PASO.
El primer golpe inesperado fue en San Luis. Allí los hermanos Rodríguez Saá gobernaban desde 1983, con la interrupción de cuatro años donde gobernó Claudio Poggi, quien se volvió opositor y ganó la elección en junio. Es decir, destronaron una estructura de poder que tenía 40 años. Apoyado a nivel nacional por Juntos por el Cambio y en el ámbito provincial por Adolfo Rodríguez Sáa, su fuerza conquistó el 54,43 por ciento de los votos del distrito y su lista Avanzar obtuvo más del 99% de los votos de la interna. “Tendencia definitiva e irreversible. El lema Cambia San Luis, con el 62% de las mesas escrutadas, tenía una diferencia de casi 10 puntos de ventaja”, destacó Poggi en su búnker.
Verdadero batacazo opositor fue el triunfo en San Juan, donde JXC cortó con 20 años de gobiernos peronistas encabezados por José Luis Gioja y Sergio Uñac. El diputado Marcelo Orrego se alzó con un triunfo contundente con más del 51% de los votos sobre la alternativa peronista que llevó al hermano del entonces gobernador, Rubén.
En Chubut las sucesivas crisis de la provincia hicieron que - más allá de la reñida elección- no fuera tan sorpresivo que el pueblo de esa provincia le fuera esquivo al peronismo.
Con solo 35 años, el senador Ignacio Torres se proclamó como gobernador, venciendo por poco más de un punto de diferencia, unos 5 mil votos. Cortó así una sucesión de gobiernos peronistas que inauguró por 2003 Mario Das Neves.
Fin a la hegemonía K en Santa Cruz: un sindicalista es el nuevo gobernador y Milei quedó primero
Santa Cruz, por su parte, votó el mismo día que las PASO nacionales. El kirchnerismo vio como el pueblo de esa provincia le puso fin a la hegemonía Kirchner y eligió por amplia mayoría a Claudio Vidal, actual diputado nacional y secretario general de los trabajadores petroleros. El espacio Hacer Santa Cruz resultó el más votado, con 46,48%. Unos puntos más abajo quedó Unión por la Patria, que terminó con 43,82% de los votos. Y mucho más lejos quedó el anti kirchnerismo: Cambia Santa Cruz, la lista de Juntos por el Cambio, sacó solo 8,51%. Si bien la provincia no representaba una gran porción del electorado nacional (0,75 por ciento del padrón del país) el golpe de efecto fue inmediato.
Santa Fe se convirtió ayer, entonces, en la quinta provincia que se le esfuma al peronismo. Con casi el 60% de los votos, Maximiliano Pullaro arrasó a Marcelo Lewandosky y le propinó la derrota electoral más dura desde que volvió la democracia.
El próximo destino será Chaco. El domingo 17 de septiembre esa provincia elegirá gobernador. Capitanich va por una nueva gestión. En frente estará el ganador de las PASO de JXC, Leandro Zdero. Las primarias fueron catastróficas para el peronismo. Allí la oposición obtuvo un 42,6% y superó por más de cinco puntos al Frente Chaqueño de Capitanich (36,8%). Una elección marcada por un escrutinio lento, el voto de solo el 52% del padrón y el caso Cecilia Strzyzowski.
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