Calor, falta de dinero circulante, hambre y saqueos. El clima social no paraba de escalar y aquel 19 de diciembre de 2001 se convertía en el inicio del estallido social que terminaría con la caída del Gobierno de la Alianza a cargo del presidente Fernando De La Rúa. El Fondo Monetario Internacional (FMI) le había soltado la mano a la Casa Rosada y al plan económico conducido por Domingo Cavallo, que a partir de la noche de ese miércoles iba a dejar de ser el ministro de Economía, convocado para sacar al país de su invento más preciado: la convertibilidad.
Al compás del clima de profunda tensión social, Crónica publicó una edición urgente. "Ola de saqueos es incontenible", tituló sobre un fondo rojo con cuatro fotos de los ataques a supermercados y almacenes de todo el país. "Violencia por doquier; en esta Capital, temerosos, cierran los comercios. Caos", describió.
La mañana del 19 había estado marcada por la represión a trabajadores estatales en Córdoba, saqueos en supermercados del Gran Buenos Aires y también a pequeños e indefensos almacenes.
Temprano, los puestos de diarios vendían El Cronista, que en su tapa abordaba la "fuerte presión política para que De La Rúa devalúe", y sindicaba como autores de esa "presión" al radicalismo, a la Reserva Federal de Estados Unidos y a la Unión Industrial Argentina (UIA) que pedían "cambiar la convertibilidad". Respecto del Fondo Monetario, el diario especializado en economía incluyó otro título que informaba que se "postergaría el cobro de 940 millones de dólares en enero" a pesar que el economista jefe del organismo de crédito había dicho que la política monetaria y económica del país no era sustentable.
Ámbito Financiero, por su parte, llevó en su tapa seis títulos sobre economía y sociedad. El principal fue: "El Fondo calificó como inviable plan argentino".
Eso mismo aparecía en uno de los títulos secundarios de la tapa de Diario Popular: "Para el FMI el modelo económico 'no es sostenible'. El organismo cuestiona la mezcla fiscal, de deuda y régimen cambiario del plan de Cavallo". Además, con una foto de policías en plena represión, incluyó el título: "Violencia por alimentos en el Conurbano". Otra línea hablaba de "la gente (que) sigue sufriendo en los bancos" a causa de los problemas para el retiro de dinero.
De todos modos, la cabecera de la portada de aquel 19 de diciembre de 2001 estaba ocupada por la absolución de Alberto Pesquera, el empresario acusado por la muerte del cantante Rodrigo Bueno. "Los abogados del bailantero dicen que la sentencia fue vergonzosa y apelarán", avisaba la bajada.
Pero el que se había adelantado a lo que sucedería más tarde con su portada fue Página/12. Fiel a las ironías, aquel miércoles los lectores y lectoras se encontraron con una foto de Cavallo "tambaleando" en una cuerda floja debajo del título "no es sostenible".
El matutino calificaba como "sombría" la mirada del Fondo Monetario sobre la política económica del funcionario que estaba en sus últimas horas como ministro. En uno de los laterales de la tapa incluyó también una caja de "último momento" sobre los saqueos en las localidades de San Miguel y Moreno.
"Presupuesto: el recorte es de 6.000 millones", tituló Clarín aquella jornada. Debajo desarrolló que "las podas más grandes son la caída del incentivo docente y la quita de 13% a las provincias", mientras que "a la Anses le sacan 657 millones y se eliminan 24.000 empleos públicos". La foto de portada, en tanto, mostraba a varias personas dentro de un supermercado de Concepción del Uruguay, Entre Ríos. "Vale todo; la gente arrasó no sólo con los alimentos", rezaba el epígrafe.
Pasaban las horas de aquel miércoles, el malestar crecía y el Gobierno estaba en silencio mientras las calles ardían con cortes, quema de neumáticos y cacerolazos. Por cadena nacional, De La Rúa anunció el estado de sitio en horas de la noche y, lejos de calmar el clima, agravó aún más el ánimo de miles de personas que siguieron con protestas en la casa de Cavallo y en la Plaza de Mayo, donde hubo represión.
Pero el momento culmine de la jornada llegó pocos minutos antes de la medianoche y salió por televisión abierta. El periodista y empresario de medios Daniel Hadad conducía en aquel entonces el programa Después de Hora por América TV y junto con varios periodistas analizaban lo que ocurría en las calles ante la crisis del Gobierno.
Hablaba Eduardo Feinmann cuando un llamado llegó al celular de Hadad, que no dudó en atender. "Señores, perdón. Está en estos momentos renunciando Domingo Cavallo. Acaba de renunciar", dijo ante las cámaras dos segundos después. Hubo un breve aplauso y enseguida se emitieron imágenes de un móvil de televisión que estaba en Plaza de Mayo y pudo captar la reacción de una multitud que festejó la decisión.
Fuentes: archivo Clarín, archivo P/12, Hemeroteca del Congreso de la Nación y WayBack.
