Como suele ser de rigor en las visitas de Jefes de Estado, Alberto Fernández concluyó su peregrinaje de este lunes por Brasilia con dos encuentros adicionales: el primero, con el presidente del Senado Rodrigo Pacheco; el segundo, con todos los ministros de la Corte Suprema. La conversación con los parlamentarios terminó con apreciaciones futbolísticas de ambas partes: Alberto habló de la “gran actuación” de Brasil en el mundial de 1970, con Pelé en el campo de juego. Fue sin duda una respuesta a
Pacheco, quien también es titular del Congreso, y que se deshizo en alabanzas a Leo Messi y al último partido de la Copa de Qatar.
Pero lo que más disfrutó, en un sentido político, fue saber que su amigo Lula da Silva irá a “cumplir” con las decisiones de avanzar en la financiación de exportaciones hacia Argentina, que podrá comenzar en este segundo semestre. Es la forma de auxiliar a un país “en problemas”, según el propio Alberto. No sólo esto: los próximos días debe ocurrir la licitación de los tubos, fabricados en Brasil, para el segundo tramo del gasoducto Néstor Kirchner, que llegará a Río Grande del Sur. El dinero procederá del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), como confirmó a esta periodista el embajador Daniel Scioli.
Hay otras decisiones bilaterales. De acuerdo con Lula, “estamos trabajando en la creación de una línea financiera abarcadora, porque no queremos que Brasil pierda espacio en las importaciones desde la Argentina para otros países (a saber, China) que ofrecen crédito y nosotros no”. En esa misma línea discursiva, señaló que “hoy adoptamos un ambicioso plan de acción para el Relanzamiento de la Alianza Estratégica”, que contiene más de un centenar de resoluciones.
Para el jefe de Estado brasileño, esta es una apuesta no sólo para afuera sino también para la situación económica doméstica. “En síntesis, si fuéramos a resumir en una única frase, esta sería: el BNDES ha vuelto”, sentenció. Recordó, también, que a lo largo de los últimos cuatro años ese banco oficial estuvo ausente en el mundo empresarial y de comercio exterior. En la evaluación brasileña, a fin de este año “el intercambio comercial puede trepar a 40.000 millones de dólares, valor máximo que se alcanzó en 2011”.
Entre los proyectos discutidos figura la reactivación de la Comisión Binacional de Energía Nuclear (COBEN), que incluye la firma de protocolos de cooperación en el campo de la ingeniería de reactores atómicos de investigación. Y los convenios celebrados, tal como señala en la declaración final de 30 capítulos, las acciones están dirigidas a la colaboración en infraestructura y transporte; defensa, energía, minería. Pero también en derechos humanos y en salud.
El diplomático Scioli le dio especial trascendencia al Puente Santo Tomé y Sao Borja, cuyo régimen futuro prevé la gestión a través de un Centro Unificado de Fronteras e Infraestructuras Conexas. En el mismo plano, está previsto un nuevo acuerdo bilateral de transporte marítimo y de refuerzo de la conectividad entre los dos países.