La negociación de la deuda más allá de lo que permite el actual estatuto es una idea que en el oficialismo está lejos de esfumarse y, por el contrario, empieza a plantearse de manera más firme. El objetivo que fue esbozado por Máximo Kirchner y empujado por Cristina Kirchner para conseguir un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional a veinte años comienza a moverse no solo dentro del propio gobierno, sino también en la oposición.
“Hay que hacer el intento de estirar al máximo las cuotas”, le dijo el presidente del bloque del Frente de Todos a Martín Guzmán. El sábado a la noche, con la excusa de participar de la sesión en la que horas después se aprobarían los cambios del Impuesto a las Ganancias, el ministro de Economía se reunió con Máximo Kirchner y el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. El funcionario recién llegado de Washington detalló los avances de la negociación con el organismo internacional pero no dio por cerrada la discusión de la que el kirchnerismo aún espera más.
Tal como anticipó PERFIL, el diputado cree no hay apuro para cerrar el nuevo programa para refinanciar la deuda con el organismo por US$ 45 mil millones que debe ser a 20 años y no a diez años, plazo máximo permitido hasta hoy ya que el acuerdo al que debe llegar Argentina del tipo “facilidades extendidas” solo pueden autorizar planes de pago de entre siete y diez años. Tras la visita del ministro de Economía, el vocero del organismo, Gerry Rice aclaró que no se pueden reducir los costos ni ampliar el plazo de diez años.
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Las chances de estirar los plazos para el pago
“Es difícil” reconoció Guzmán en la reunión de trasnoche sobre la posibilidad de estirar los plazos. Pero dejó un dato interesante al detallar que en Estados Unidos hay un planteo con la firma de más de 70 congresistas que plantean cambiar el estatuto del FMI aunque reconoció que lograr esto puede llevar entre uno o dos años.
Quizás ante la posibilidad de que el Fondo cambie sus reglas, el ministro de Economía plantea que en la negociación quede plasmado que, en caso de haber modificaciones, Argentina consiga más adelante ser beneficiada por estos cambios que pueden estirar las fechas de pagos. Hasta ahora, Guzmán explicó que puede conseguir un acuerdo a diez años que recién podría empezar a pagarse en cinco años. Estos 15 años no están tan lejos de lo que quiere el kirchnerismo.
“Nuestro norte es que no nos atragantemos con la curva de pagos”, repite Máximo Kirchner. Por eso detalla que estirar los plazos tiene que ver con poder pagar la deuda. “No hay nadie que no la quiera pagar pero todos sabemos que con las condiciones de hoy no lo podemos hacer”, dicen cerca del legislador sobre las declaraciones de Cristina Kirchner ante una deuda actual “impagable”, declaraciones a las que se plegó el presidente, Alberto Fernández.
Después de este encuentro, Massa detalló que el préstamo del FMI fue “una decisión política” que no siguió los lineamientos técnicos por lo que también debería resolverse de manera política, más allá de lo que diga el estatuto. “El Fondo Monetario Internacional le firmó a Argentina un crédito político, lo reconoció el propio presidente del BID, Mauricio Claver Carone, lo reconoció el staff del Fondo, a mí mismo, quienes me visitaron en el Congreso. Me plantearon que técnicamente el acuerdo que le firmaron a Macri era inviable, que fue una decisión política del staff político del Fondo en ese momento", aseguró. Ante esto pidió cerrar un acuerdo que sea “sustentable” y “pagable”.
Un acuerdo político con la oposición sobre la deuda con el FMI
Para conseguir apoyo multipartidario, Máximo Kirchner pensó en un acuerdo político más allá del actual gobierno. “Ningún político que se sienta con posibilidades de gobernar el país sabe que puede sobrellevar los vencimientos de deuda actuales, ni siquiera si las negociaciones estiran los plazos a diez años. El acuerdo con el FMI es algo que les interesa verdaderamente a todos los futuros presidentes”, dicen en el entorno del diputado. Piensa en una declaración de quienes pueden ser los presidentes del futuro.
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Para el legislador esta lista la integran Axel Kicillof y Sergio Massa por el oficialismo, mientras que ve a Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal por la oposición. De la reunión con Guzmán y Massa del sábado surgieron otros nombres como los de los gobernadores Sergio Uñac (San Juan), Jorge Capitanich (Chaco), Gustavo Valdés (Corrientes) y el senador, Martín Lousteau.
Sin embargo, el hijo de Cristina Kirchner insiste en poner en el centro de la escena a Larreta y Vidal, a quienes ve con verdaderas posibilidades de llegar a la Presidencia dentro de los próximos veinte años en los que se le deberá pagar la deuda.