POLITICA
tension interna en la afi

Angelici extiende su poder a los servicios de inteligencia con los espías repatriados

El presidente de Boca impulsa a Juan José Galea, un exagente de la SIDE involucrado en la causa de sobornos de la Alianza.

Angelici se defendió de las acusaciones de Carrió
| Cedoc

Daniel “el Tano” Angelici hace méritos para ganarse el mote de monje negro macrista. A la reciente reelección en la presidencia de Boca, el amigo de Mauricio Macri le suma una influencia creciente y subterránea en la Justicia federal, y ahora también en la Agencia Federal de Inteligencia. Con un par de designaciones en la ex SIDE hechas a su pedido, el ascenso de Angelici empieza a perfilar una interna incipiente con Silvia Majdalani, la número dos de la AFI, y a su vez alimenta la posible vuelta al ruedo de los espías corridos por el kirchnerismo.

Desde hace poco más de un año, “la Casa” se convirtió en un hormiguero de facciones, que al macrismo se le dificulta dominar. Tras anunciar una purga contra cien militantes de La Cámpora ingresados a la AFI en los últimos meses del kirchnerismo, la conducción de la Agencia denunció el robo de archivos con “información sensible”. ¿A quién culpó el macrismo? A Fernando Pocino, ex número tres de la ex SIDE, antiguo adversario de Jaime Stiuso y último sobreviviente de la vieja guardia de los espías, en una suerte de sociedad con el camporismo residual. Según la versión PRO, se trató de la última pillería de una agente que se jubiló y retiró hace poco más de una semana.
El alejamiento de Pocino, sumado al anterior del mítico Stiuso y al de buena parte de su tropa,  parecía marcar el fin de una era. Sin embargo, las nuevas designaciones macristas y la inminente vuelta de Jaime Stiuso a la Argentina, tras su autoexilio en Estados Unidos, sugieren lo contrario.

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Si bien el macrismo había prometido romper con ese pasado, la nueva jefatura de la AFI puso como director de Finanzas al contador Juan José Galea, un personaje muy cercano al ex subjefe de la SIDE en tiempos de la Alianza, el abogado Darío Richarte. De hecho, Galea ocupó ese mismo cargo durante el gobierno aliancista y quedó envuelto en el escándalo de pago de coimas al Senado para aprobar la ley de flexibilización laboral. Después, tanto Richarte como Galea se volvieron funcionales al kirchnerismo, hasta la ruptura del statu quo entre el anterior gobierno y la conducción de la Secretaría de Inteligencia: Richarte, en su rol de operador judicial en Comodoro Py, y Galea como CEO del grupo de medios Veintitrés, de Sergio Szpolski.

Ahora, Galea y Richarte juegan para un macrista en ascenso: Daniel “el Tano” Angelici, presidente de Boca y dirigente cada vez más influyente en la Justicia federal. A tal punto llega la sociedad con Angelici, que Richarte integra la comisión directiva de Boca. La indomable Elisa Carrió ya se quejó en público de que Angelici quiere “manejar Comodoro Py”.

A partir de la designación de Galea en la AFI, el Tano empieza a tallar en el submundo de la Inteligencia, un área que en breve volverá a manejar las escuchas telefónicas. Porque el macrismo prepara una reforma para que la AFI recupere la potestad (hoy en manos de la Procuración General) que había perdido con la modificación kirchnerista.

La injerencia de Angelici en la AFI ya generó un cortocircuito interno. El jefe de la Agencia, el representante de jugadores Gustavo Arribas, quien hizo negocios fluidamente bajo las presidencias de Angelici y de Macri en Boca, no mostró ninguna objeción. La segunda de la AFI, en cambio, la ex ultramenemista Silvia Majdalani, ya protestó por lo bajo por el nuevo desembarco del Tano en la ex SIDE.

Por encima de estos movimientos, los (kirchneristas) más paranoicos perciben el largo brazo de Stiuso. “El Tano es un tentáculo del pulpo”, ilustra un ex funcionario que conoció bien al “pulpo”.