El mundo gremial da por hecho que Alberto Fernández será el próximo presidente. El candidato del Frente de Todos pidió unidad en el sindicalismo, y la CTA de Hugo Yasky empezó a coquetear con la idea de una fusión con la CGT. Pero por ahora solo hay gestos.
Esta tarde, Yasky recibirá con Hugo Moyano a Fernández, lo que hace presumir un acercamiento concreto. Sin embargo, no es tan así.
En la central peronista, en privado, muchos de sus miembros aseguran que pensar en la unidad es "ciencia ficción". "Hay pedidos desde la política y todos se quieren mostrar con disposición, pero no hay posibilidad de que se fusionen las centrales", indicó a PERFIL un actor central de la mesa chica de la CGT.
Diferencias. La CTA nació como un modelo antagónico a la CGT en 1991. Defiende la elección directa de la conducción, la afiliación también directa de cualquier trabajador y la libertad sindical, entendida como la antinomia del único gremio por rama que es la piedra basal de la CGT. “Si los gremios de la CTA de Hugo Yasky, con personería gremial, quieren afiliarse a la CGT y respetan la institucionalidad, serán bienvenidos”, indicó otro integrante de la mesa chica cegetista, quien aclaró, sin embargo “que nadie va a aceptar a gremios con inscripción simple y sin personería gremial en la CGT".
Moyano y sus aliados exigen cambios para volver a la CGT
Estos reparos se escucharán hoy también en la reunión que convocó el líder gastronómico Luis Barrionuevo en el predio de OBSBA desde las 13. En rigor, será un acto de homenaje a Amadeo Genta, referente de los municipales porteños, pero se espera que sea un espacio donde se ventilen estos reparos internamente.
También se descuenta alguna declaración de Barrionuevo. “Luisito no da puntada sin hilo, seguro que va a decir algo y se va a hablar de eso todo el día”, indicó a este medio uno de los convidados antes de ingresar a la reunión. Tres sindicalistas coincidieron en señalar que no es casualidad que la convocatoria ocurra el mismo día en el que Alberto Fernández hablará en el congreso de la CTA de los Trabajadores, donde Hugo Yasky formalizará la intención de “volver a la CGT”.
Los reparos no se dan sólo en la CGT. También fueron expresados desde la otra rama de la CTA, denominada Autónoma. Este sector, que era la rama opositora de la CTE durante el kirchnerismo, vive hoy una disputa interna donde se reclaman como sus conductores Pablo Micheli y Ricardo Peidró. El Ministerio de Trabajo y la mayoría del mundo gremial entiende que quien tiene la representatividad es este último, porque el principal gremio del sector, ATE, está bajo control de Hugo Godoy, aliado de Peidró.
En diálogo con PERFIL, Godoy apuntó que “la CTA de los Trabajadores tiene derecho a definir y debatir sus posiciones. Nosotros somos otra entidad y creemos que hay que trabajar por la unidad. Pero no es un sello, sino una práctica y se tiene que dar en torno a un nuevo modelo sindical que incluya al conjunto de la clase trabajadora”. También reivindicó la “afiliación directa” a la central, algo que la CGT rechaza, y la “libertad sindical”, otro tema que eriza los pelos de los cegetistas de pura cepa.
ATE tendrá su congreso en diciembre, cuando este tema se pondrá en la mesa. A diferencia de lo que ocurre con los docentes, donde no hay una fuerte pelea de fondo, los estatales de ATE pelean cuero a cuerpo con UPCN en la mayoría de las oficinas estatales. El secretario de ese gremio, Andrés Rodriguez, es también el secretario adjunto de la CGT, otro dato que dificulta una eventual unificación.