La próxima semana, el gobierno saliente enviará las convocatorias formales a los jefes de Estado y gobiernos de la región para la ceremonia de traspaso de mando del 10 de diciembre, tal como marca la tradición. Hasta ayer, sin embargo, no estaba definido si sería invitada la mandataria de facto de Bolivia, Jeanine Añez, pese a la presión que ejerce su gobierno desde el Altiplano para lograr ese reconocimiento formal.
De fondo radica la cuestión sobre el equilibrio político que mantiene el gobierno de Mauricio Macri para no catalogar lo ocurrido en Bolivia como un golpe de Estado pero, a la vez, evitar reconocer oficialmente a Añez como hicieron Estados Unidos, Colombia, Brasil y el Reino Unido, y Rusia de un modo ambiguo. La semana pasada, la autoproclamada mandataria ya había urgido a Macri a que “sea más claro” a través de un mensaje que envió su canciller, Karen Longaric, en su saludo protocolar ante el cuerpo diplomático acreditado, del cual tomó parte un funcionario argentino.
Ayer, la ceremonia se repitió en el Palacio Quemado y ante la propia Añez. PERFIL intentó contactar al embajador argentino en La Paz, Normando Alvarez García, y le hizo llegar la pregunta respecto de su participación a través de su oficina, sin obtener respuesta. Su presencia como máxima autoridad de la Argentina en Bolivia frente a Añez podría leerse como un reconocimiento implícito al gobierno de facto de haber ocurrido.
En la semana, el Ministerio de Hidrocarburos había anunciado que revisaría el contrato de exportación de gas para la Argentina, pese a que rige hasta 2026 y ya había sido enmendado en febrero pasado. Sugirieron que podrían reducir el aprovisionamiento para priorizar el abastecimiento interno, negociación que, al parecer, recaerá en el gobierno de Fernández, con quien deberán convivir los próximos meses.
“Si bien no compartimos ideología con Alberto Fernández, tenemos mucha relación con Argentina. Son nuestros clientes en la compra de gas, como lo es Brasil. Los negocios deben estar al margen de la ideología política. Ambos países nos necesitamos”, deslizó ayer Añez en una entrevista a Infobae. Alberto dijo en público que le gustaría que Evo participe de su asunción, y en su entorno confían en que el gobierno de Macri se comportará en consecuencia.