Amado Boudou y su amigo José María Núñez Carmona pasaron su primer día detenidos, alojados en el hospital penitenciario de Ezeiza donde les hicieron los controles médicos para poder darles paso a un pabellón. Cuando les tocó declarar a ambos ante el Tribunal Oral Federal Nº 4 que los juzga por la causa Ciccone, ninguno reconoció problemas de salud. “Salvo el sobrepeso”, acotó Nariga Núñez Carmona, sin pensar que cuatro días después iba a estar siendo revisado por el Servicio Penitenciario. El martes, cuando reanude ese juicio, el amigo del ex vicepresidente volverá a los tribunales para presenciar la audiencia, pero Boudou no quiere ir. Así se lo hará saber su defensa al tribunal para evitar el traslado.
Según pudo saber PERFIL, Boudou presentaba la reacción típica de una persona que acaba de ser privada de su libertad. “Está angustiado y preocupado por la situación de su mujer, embarazada de mellizos”, dijeron las fuentes consultadas. Aunque algunos aludían a “un estado de shock”, los médicos penitenciarios no suscribieron a ese diagnóstico. Su abogado defensor, Eduardo Durañona, lo visitó en prisión y le llevó una muda de ropa. Núñez Carmona, en tanto, estaba más tranquilo. Habilitó a un amigo para que lo vaya a visitar y también a su abogado, Matías Molinero, que le llevó todos los diarios a Boudou y su cliente.
No estaban juntos en un mismo lugar y el viernes sólo pudieron verse un segundo en la alcaidía. Por eso ayer, apenas aparecieron los abogados, Amado preguntó por su amigo y se enteró de detalles de su declaración negando las imputaciones, indicaron a PERFIL fuentes del caso.
Como Boudou y Núñez Carmona no tienen patologías de base, su traslado a un pabellón en la cárcel de Ezeiza será en las próximas horas. Sin embargo, es poco probable que estén juntos. Al igual que sucede con el ex ministro Julio De Vido y quien fuera su segundo, Roberto Baratta, el Servicio Penitenciario les asigna celdas individuales y pabellones alejados.
La primera batalla de las defensas de Boudou y Núñez Carmona será la excarcelación. El juez Ariel Lijo las rechazó en la misma noche del viernes, pero será la Sala I de la Cámara Federal la que deberá fijar fecha para una audiencia y resolver si corresponde. Los encargados de la cuestión son los jueces Leopoldo Bruglia y Jorge Ballestero. Son los mismos que el martes próximo escucharán los argumentos de excarcelación de la defensa de De Vido, en la causa por la compra de gas licuado.
“Son cuestiones diferentes, el caso de De Vido y el de Boudou no tienen nada que ver”, insisten las defensas. El caso de De Vido, además, es más complejo. Aunque le den la excarcelación en Gas Licuado, también está detenido por la malversación de fondos en la construcción de la mina de Río Turbio.
La defensa de Boudou también insistirá esta semana con la recusación del juez Lijo, a quien el propio ex vicepresidente acusó en su indagatoria de “ser parcial” y de haber ordenado una “detención arbitraria”. El juez, sin embargo, basó sus argumentos en el fallo que precisamente derivó en el desafuero y arresto de De Vido. Fue el juez Martin Irurzun el autor de la iniciativa de meter presos a los que aún mantienen espacios de poder, con el apoyo de Bruglia.
Lijo, en tanto, avanzará con las indagatorias que dispuso para el monotributista Alejandro Vandenbroele, pieza clave en la causa Ciccone, y Juan Carlos López, señalados como integrantes de la banda que comandó Bouodu para lavar plata, una maniobra descubierta a la luz de las pericias contables en la causa de enriquecimiento ilícito.
La periodista Agustina Kámpfer ya solicitó una postergación.
“No hay motivos”
Eduardo Durañona, abogado de Amado Boudou, volvió a señalar ayer que “no hay ningún motivo” para que el ex vicepresidente esté preso como jefe de una asociación ilícita por orden del juez federal Ariel Lijo.
“Hay que preguntarle a Lijo por qué hoy sí lo detuvo y ayer no. No hay motivo”, afirmó Durañona. Y agregó que a Boudou “no lo encontraron llevándose documentación, obstruyendo la acción de la Justicia o intentando profugarse, que son los tres elementos que generalmente toma la Justicia para privar a alguna persona de la libertad”.
En diálogo con radio La Red, el abogado también cuestionó que se haya “violado la intimidad” del ex vicepresidente con la difusión de las imágenes de su detención en su departamento y planteó que “hay que preguntarle también a Lijo por qué pasó eso”. “Fue un acting totalmente innecesario, para Boudou y para cualquiera”, consideró Durañona.