POLITICA
fin de ciclo

Boudou volvió a estar en primera fila y espera un fin de año judicial complicado

La Cámara Federal podría confirmar su procesamiento en la causa Ciccone en los próximos días. Sus gastos en viajes protocolares no cierran. Dejó el perfil ultrabajo.

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Primero atravesó la enorme puerta que da a la explanada  de la Casa de Gobierno. Subió paso a paso por las imponentes escaleras hasta el primer piso y aguardó hasta que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, lo recibiera.

Amado Boudou debió sentirse desconcertado: hacía mucho que no visitaba el primer piso de la Casa Rosada. Hoy, metido de lleno en el camino judicial que lo llevará a juicio oral por haber presentado papeles truchos por un auto, está completamente aislado.

Desde febrero no habla en persona con Cristina, la misma que lo bendijo como su delfín. Y hacía unos tres meses que no charlaba cara a cara con el jefe de Gabinete, que ayer finalmente lo recibió. La excusa fue que el vicepresidente debía transmitirle a la cúpula del Ejecutivo una balance de su paso por Lima, Perú, en el marco de la cumbre de cambio climático a la que asistió esta semana.

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De ahí que en la reunión con Capitanich también estuvo el canciller Héctor Timerman, tal como adelantó ayer el diario La Nación. Pero la realidad es que el jefe de Gabinete le habría transmitido el apoyo del Gobierno, en medio de los crecientes rumores de una posible renuncia. Capitanich es uno de los ministros que más hablan –por teléfono y en Olivos– con Cristina Kirchner. Durante los cuarenta minutos que duró la reunión, que comenzó pasadas las 16, se escuchó toda una definición: “Que eleven a juicio oral a Amado no implica que ya haya sido condenado”. Es que ahora el Gobierno volvió a mostrarle su apoyo. Amado había sido “borrado” de muchos actos del oficialismo. Ayer, en el aniversario de la democracia, volvió al palco de ministros. Y en primera fila.

Pero en los próximos días puede haber aun peores noticias para el vice. La Cámara Federal debe confirmar el procesamiento por la causa Ciccone, que ya firmó el juez Ariel Lijo. En los tribunales de Comodoro Py descuentan que la investigación en la que se acusa a Boudou de haberse querido quedar con la imprenta de billetes será confirmada.

La duda es si será en los pocos días hábiles judiciales que quedan hasta fin de año o después de la feria, en febrero. Los injustificables viáticos que gastó cuando fue ministro de Economía le traerán un dolor de cabeza.

Mientras, él está solo. Son pocos los funcionarios de peso que lo visitan en su despacho del Senado, menos aún los que le atienden el teléfono.