La intervención del INDEC y las sospechas de manipulación que esa maniobra generó entre los técnicos del organismo, podría tener un alto costo político para el Gobierno, que ya estaría planeando una estrategia para minimizar las consecuencias del conflicto iniciado el lunes pasado con el desplazamiento de la directora de Índice de Precios de Consumo, Graciela Bevacqua.
El Ministerio de Economía dará a conocer mañana la cifra de la inflación de enero y los técnicos del INDEC, disconformes con la salida de Bevacqua, amenazan con divulgar el "verdadero índice" si el número oficial no es el correcto, informó hoy el Diario Perfil.
Aparentemente, el índice se ubicará entre 1,2 y 1,5 por ciento, lo que marcaría un aumento de la inflación. La suba estaría influida por el ascenso del rubro de esparcimiento, con motivo de las vacaciones, y de la medicina prepaga.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, negó que las cifras del Índice de Precios al Consumidor (IPC), puedan ser manipuladas y advirtió: "A este Gobierno no lo aprietan ni las mafias ni las bandas de forajidos".
Parte de la estrategia del entorno del presidente Néstor Kirchner sería abandonar la idea del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que planteaba que el costo de vida de enero debía ser de 0,99 por ciento y aceptar un IPC superior al 1,5 por ciento.
Además, por el momento, se daría marcha atrás con la designación de Beatriz Paglieri, la interventora elegida por la ministra de Economía, Felisa Miceli y que tendría una estrecha relación con Moreno.
Paglieri formaría parte del equipo de trabajo, pero la directora seguiría siendo Bevacqua, que en estos momentos se encuentra de vacaciones.