El expresidente Carlos Saúl Menem (90) gobernó por más de diez años como presidente de la República Argentina y durante dicho período, en el que ostentó el poder, fue objeto de una serie de denuncias e investigaciones judiciales, algunas de ellas muy graves. La mayoría de estas jamás se tradujeron en condenas.
Las problemáticas que denostaron la gestión de Menem fueron la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, por la cual pasó cierto tiempo detenido, la explosión de la fábrica militar de Río Tercero, que dejó un saldo de siete muertos y centenares de heridos y las coimas negociadas a partir del plan de privatizaciones impulsado en la década de los 90.
El expresidente solo sería condenado por el pago de sobresueldos a funcionarios de su gobierno (4 años) y por la venta de un predio localizado en Palermo a la Sociedad Rural (3 años y 6 meses). La explosión de la ciudad cordobesa nunca recibió un fallo de la Corte sobre el inicio del juicio. Sería absuelto, también, por los juicios relacionados con la venta ilegal del armas y el encubrimiento por el atentado a la AMIA.
Las únicas dos causas por las que fue condenado
Durante su gestión, Carlos Saúl Menem recibió diversas intimaciones por sobreprecios en las privatizaciones y pedidos de coimas en los procesos de licitaciones. A fines de 1990, la empresa estadounidense Swift-Armour dio a conocer que altos funcionarios del Gobierno nacional le habían pedido una coima para autorizar la instalación de una planta.
Esta situación generó la acusación de parte del embajador de Estados Unidos, Terence Todman, un diplomático de fuerte influencia en su país, y terminó en la la renuncia del cuñado del entonces presidente, Emir Yoma, y del ministro de Economía, Antonio Erman González, quien dejó el cargo a Domingo Cavallo, que hasta ese momento ejercía como canciller.
También la jefa de ceremonial, Amira Yoma, estuvo vinculada al escándalo conocido como Yomagate, donde se denunciaba el tráfico de valija procedentes de Nueva York con dólares para el blanqueo en operaciones financieras e inmobiliarias en el país.
A modo de defensa, Ménem construyó una mayoría automática en la Corte Suprema, al lograr aprobar la ley para ampliar de cinco a nueve miembros su integración. Al máximo tribunal llegaron hombres de confianza de su hermano Eduardo Menem y del jefe de la Secretaria de Inteligencia (SIDE), Hugo Anzorreguy.
Tras el cambio de la composición de la Corte Suprema realizada durante el gobierno de Néstor Kirchner en 2003, el expresidente ya no tenía esa protección del alto tribunal y la justicia lo condenó por los sobresueldos pagados a funcionarios y por la venta del predio de Palermo de la Sociedad Rural.
JFGMC